Giana Jessen sobrevivió a un aborto
provocado. Su video se puede encontrar en YOUTUBE. En la primera parte nos
describió como sobrevivió a un aborto salino y la forma casual por la que, en
vez de acabar con su vida se firmó su acta de nacimiento, y cómo después la
entregaron a un hogar temporal de emergencia donde tampoco la quisieron. La elocuencia
de su oratoria, su mensaje claro y directo, su graciosa expresividad, su
juventud y su belleza dan a su testimonio un atractivo especial. Su relato
continúa así:
Después de que me pusieron en una casa mala, fui llevada a otra casa, una
hermosa casa…la casa de Penny. Ella dijo que en este momento yo tenía 17 meses
de edad, 32 libras de peso muerto y diagnosticada con lo que considero un don,
parálisis cerebral lo cual fue provocado directamente por la falta de oxígeno a
mi cerebro mientras trataba de sobrevivir. Ahora estoy…obligada a decir esto,
en el aborto se trata nada más de los derechos de la mujer, entonces ¿cuáles fueron los míos?. No había una feminista radical que gritase
sobre cómo mis derechos se violaron aquel día, de hecho, mi propia vida estaba
siendo apagada en nombre de los derechos de las mujeres. Y señoras y
señores, no tendría parálisis cerebral si no hubiera vivido todo esto, así que
cuando escucho el argumento repugnante de que debemos tener abortos porque el
bebé podría salir discapacitado ¡Ah!…¡Qué horror llena mi corazón! Hay cosas
que solamente van a poder aprender por los más débiles de nosotros. Y cuando apagan estas vidas, son ustedes
los que pierden, el Señor cuida a ellos pero ustedes son los que van a sufrir
para siempre. Qué arrogancia! ¡Qué arrogancia absoluta! Y ha sido este argumento
por tanto tiempo en este…lugar humano donde vivimos, donde los más fuertes
deben dominar a los débiles, donde
ellos deben determinar quien vive y quien muere. La arrogancia de eso.
¿No se dan cuenta que no puedes hacer latir a tu propio corazón? ¿No se dan
cuenta que todo el poder que creen que poseen realmente no poseen nada de eso?
Que es la piedad de Dios que les sostiene…aun cuando lo odian.
Así que miraron a mi querida Penny y le dijeron, “Gianna nunca será nada”, lo que
siempre es alentador. Ella decidió no hacerles caso y trabajó conmigo tres
veces al día y empecé a sostener la cabeza y dijeron bueno Gianna nunca hará
esto, Gianna nunca hará lo otro y, para contar un largo cuento…estaba caminando
a los tres años con un andador y aparatos ortopédicos y hoy me paro aquí con
una ligera cojera y sin andador y sin aparatos ortopédicos. Me caigo con mucha
elegancia a veces, y otras veces con muy poca dependiendo de la situación pero
considero que todo es para la gloria de Dios. Vean son más débil que la mayoría
de ustedes pero este es mi sermón y qué pequeño precio para poder abrir un
camino por el mundo como yo lo hago y ofrecer esperanza. Y creo que en nuestro
mal entendimiento de cómo funcionan las cosas no entendemos bien cuán hermoso puede ser el sufrimiento…no lo defiendo
voluntariamente…pero cuando viene olvidamos, olvidamos que Dios tiene el mando
y que él tiene una manera de tomar la cosa más desagradable y hacerla hermosa.
He conocido a mi madre biológica, he
perdonado a mi madre biológica, soy cristiana. Ella es una mujer destrozada. Vino a un evento que celebré hace dos años…apareció sin anunciarse y
dijo, “Hola, soy tu madre”. Fue un día muy difícil, y sin embargo, mientras yo
soportaba todo esto…probablemente pensarán que soy tonta, pero me sentaba y
pensaba, “no te pertenezco. Pertenezco a
Cristo. Soy su niña. Y soy una princesa. Así que, no importa lo que dices…y
toda tu ira y furia, no me pertenecen no me corresponde cargarlo, y no lo
haré.” Decía todo esto dentro de mí.
Brevemente quisiera hablar
directamente a los hombres en esta sala y hacer algo que nunca se hace.
Señores…ustedes están hechos para la grandeza. Están hechos para pararse y ser
hombres. Están hechos para defender a las mujeres y a los niños, no para
quedarse a un lado y volver la cabeza cuando ven que el asesinato ocurre y no
hacer nada al respecto. No están hechos para usar a las mujeres y luego
dejarnos solas. Están hechos para ser amables y grandes y fuertes e
identificarse con algo porque caballeros, escúchenme, ya estoy muy cansada para
hacer su trabajo.
Señoras ustedes no están hechas para el abuso. No están hechas para sentarse y
no reconocer su valor y valía. Están hechas para que se luche por ustedes para
siempre. Entonces ahora llegó su momento. ¿Qué tipo de personas van a ser?
Confío en que serán increíbles. Confío,
señores, qué se pondrán a la altura de las circunstancias.
A los políticos que están escuchando, diría esto: están hechos para la grandeza, dejen su política a un lado.
Están hechos para defender lo que es bueno y correcto. ¿Qué tipo de hombre
quiere ser? ¿Un hombre obsesionado con su propia gloria? ¿O un hombre
obsesionado con la gloria de Dios? Es el momento para ponerse de pie…victoria.
Llegó su hora. Dios les escucha. Dios les acompañará. Tienen la oportunidad de glorificar
y honrar a Dios.
Terminaré con esto: algunos de ustedes se pueden molestar porque sigo
hablando de Dios y Jesús, pero cómo se supone que puedo ir cojeando por el
mundo, y no dar todo mi corazón y mi mente y mi alma y mi esfuerzo al Cristo
que me dio vida. Así que, si crees que soy una tonta, esto es tan solo otra
joya en mi corona. Mi única intención en vivir aquí es hacer sonreír a Dios.
Espero que algo de esto tenga sentido…solo salió de mi corazón. Que Dios les
bendiga”
La vida de
Gianna Jessen impacta, sus palabras conmueven y su mensaje es un mensaje de
esperanza en el que encontramos reflejado el mensaje sobre el sufrimiento en la
Jornada Mundial de la Juventud
Como
decíamos en la primera parte en la coyuntura de España con una tasa de más de
cien mil abortos anuales, una píldora del día después que puede ser expedida
sin receta médica, una ley depravada que proclama el aborto como un derecho y
un candidato Rubalcaba que ha dicho que si gana las elecciones lo primero que
hará será dar una vuelta de tuerca más y aprobar la Ley de Muerte digna, la historia
vital de Gianna nos hace a reflexionar profundamente.