En la
reciente Jornada Mundial de la Juventud se nos ha hablado del sufrimiento con
palabras profundas dirigidas a los jóvenes en particular y a la sociedad en
general. Se ha hablado del valor y la dignidad de toda vida humana y se ha
precisado también que “Hay muchos que, creyéndose dioses, piensan
no tener necesidad de más raíces ni cimientos que ellos mismos. Desearían
decidir por sí solos lo que es verdad o no, lo que es bueno o malo, lo justo o
lo injusto; decidir quién es digno de vivir o puede ser sacrificado en aras de
otras preferencias; dar en cada instante un paso al azar, sin rumbo fijo,
dejándose llevar por el impulso de cada momento”.
Para
entender la realidad que hay detrás de este mensaje nos puede ayudar el relato
de Gianna Jessen sobreviviente a un aborto provocado. El video se puede
encontrar en YOUTUBE. Junto a la claridad de sus palabras y la elocuencia de su
oratoria, su graciosa expresividad, su juventud y su belleza dan al testimonio
un atractivo especial. Así nos lo cuenta:
“Soy adoptada y mi madre biológica tenía 17 años y también mi padre
biológico. Tenía siete meses y medio de gestación cuando decidió acudir a
Paternidad Planeada que es el proveedor de abortos más grande del mundo y ahí
le aconsejaron someterse a un aborto de término tardía de solución salina. Esta
solución se inyecta en el vientre de la madre. El bebe traga la solución la
cual le quema por dentro, por fuera y entonces la madre da a luz un bebe muerto
dentro de 24 horas. Pues para la sorpresa y el shock de todos no nací muerta
sino viva el 6 de abril de 1977 en una clínica abortista en el condado de Los
Ángeles. Lo fantástico de todo esto, del momento perfectamente atinado de mi
nacimiento, es que el abortista todavía no empezaba su jornada así que ni
siquiera tuvo la oportunidad de seguir con su plan para mi vida, o sea la
muerte; y gracias a eso me encuentro ahora con ustedes. En la época en la que
vivimos nacer no es políticamente correcto… tampoco lo es pronunciar el nombre
de Jesucristo, traer su nombre a reuniones como esta porque su nombre incomoda
a la gente terriblemente. Pero yo no sobreviví para hacer que la gente se
sienta cómoda. Sobreviví para agitar las cosas un poco. Y me lo paso bien
haciéndolo.
Y así fue como me entregaron viva después de 18 horas. Debo ser ciega, debo estar quemada, debo
estar muerta. Y no lo estoy. Saben qué es lo más fantástico de todo esto, que
el abortista tuvo que firmar mi acta de nacimiento. Así que sé quién es. Y
también dice mi archivo clínico; nacida durante el aborto salino. Já, ellos no ganaron. He investigado
sobre el hombre que practicó mi aborto y sus clínicas…son la cadena de clínicas
más grande en los Estados Unidos de América y tiene unos ingresos brutos de 70
millones de dólares al año. Leí un libro
de él hace unos años y dijo: “He abortado más de un millón de bebes y lo
considero mi pasión” Les digo estas cosas para que sepan que estamos dentro
de una batalla muy interesante en este mundo, nos demos cuenta o no … es
una batalla de vida o muerte. ¿De qué lado estás tú?...
Así que una enfermera llamó una ambulancia y me transfirieron a un
hospital lo cual es milagroso: en general la práctica en ese tiempo, y lo fue
hasta el 2002 en mi país, era terminar la vida de un sobreviviente del aborto
por medio de la estrangulación, la sofocación, abandonar al bebé para que éste
muera o tirarlo. Pero el 5 de agosto del 2002, mi extraordinario Presidente
Bush, firmó el Acta de Protección de los Infantes Nacidos Vivos para que eso ya
no vuelva a pasar. Vamos muy en serio y espero que me odien para que cuando
llegue el día de mi muerte pueda sentir a Dios alrededor de mí y así entender
como fue ser odiado. Quiero decir que a
Él le odiaban; odiaban a Cristo, y no es que tenga ganas de ser odiada pero sé
que en este viaje mío ya “estoy” odiada porque proclamo la vida. “A mí no me ganaron”. “El holocausto
silencioso no ganó sobre mí”. Y mi misión entre muchas otras cosas es esta:
Infundir en la humanidad un debate que hemos compartimentado y dejado para
vestir santos, y decir esto es un problema. Hemos retirado nuestras
emociones, nos estamos volviendo más duros. ¿Realmente quieren eso? ¿Cuánto están dispuestos a aceptar y cuánto
están dispuestos a arriesgar para hablar con la verdad del amor y la gracia y cuánto
están dispuestos a ser odiados? O, al final del día, ¿todo se trata de ti?, ¿o de
mí?”
Después me colocaron en un hogar temporal de emergencia donde decidieron
que yo no les caía muy bien y, como me gusta decir: ¿No sé cómo no me pudieron
adorar desde un principio?¿Qué le pasa a esta gente? Pero así fue. Ven, me han
odiado desde la concepción…por tantos…y querida
por muchos más, pero en especial por Dios, soy su niña. No se metan con la niña
de Dios. Tengo escrito en la frente que mejor te pones a mi lado porque mi
Padre dirige el mundo.”
En la
coyuntura de España con una tasa de más de cien mil abortos anuales, una
píldora del día después que puede ser expedida sin receta médica, una depravada
ley que proclama el aborto como un derecho y un candidato Rubalcaba que ha
dicho que si gana las elecciones lo primero que hará será dar una vuelta de
tuerca más y aprobar la Ley de Muerte digna, la historia vital de Gianna lleva a reflexionar profundamente.
En la
segunda parte nos lanza un mensaje a los hombres, después a las mujeres y por
último a los políticos. No se lo pierdan
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