jueves, 11 de agosto de 2011

LA RISA DEL PAPA


 
 
En estos días que nos disponemos a acoger al Papa Benedicto XVI en la Jornada Mundial de la Juventud seguramente al lector le gustará recordar también la figura del Papa Juan Pablo II que, desde Arriba, estará en todos los detalles de la preparación como un cariñoso patrono y fundador de la Jornada . Y podemos recordarle, invocar su protección y pasar un rato agradable con el video titulado “La Risa del Papa”. Se trata de un video que podemos ver en Internet en el enlace
o bien tecleando directamente en “google” o “youtube”  “La risa del Papa”.

Tiene una duración de 7:36 minutos y es una entrevista concedida a Diego Pol, que a finales de los años 80 interpretó ante Juan Pablo II al payaso Japo. Toda la grabación está intercalada con imágenes de las distintas actuaciones realizadas ante el Papa y en las que se le puede ver literalmente “partirse de risa”. Ciertamente las actuaciones del payaso Japo como se puede comprobar en el video, hacen reír a cualquiera. Él nos lo cuenta:

“Siempre que actuaba delante del Papa Juan Pablo II me quedaba como fuera de juego durante las dos horas posteriores. Estaba tan emocionado que salí llorando. De hecho el primer año cuando me propusieron actuar para el Papa no me lo creía. Estaba al principio tan nervioso, tan nervioso que me había pasado como de rosca, estaba como ido, como con piloto automático”.

Diego Pool es un abogado que desde los 10 años ha hecho reír a cientos de niños y que a los 30 tuvo el privilegio de hacer que el representante de Dios en la tierra se estremeciera de risa. “Uno de la policía de la guardia suiza se me acercó el último año que iba a actuar y me dijo todo serio: ¡Que no se repita lo del año pasado!. Yo me quedé pensando qué pasaba. Sonrió y me dijo: ¡que temíamos por la salud del Santo Padre, por lo que se reía!”.

Miles de estudiantes universitarios católicos de todo el mundo asisten a un Congreso Anual por semana Santa en Roma para estar cerca del Papa. “Se trataba de hacerle descansar y hacerle reír pero nunca se había hecho nada de humor, yo he hecho siempre  el payaso para niños y lo que más me llamaba la atención es que el Papa reaccionaba igual  que los niños. Si te alegras el niño se alegra, si te entristeces el niño se entristece, si lloras el niño llora a veces. El Papa estaba tan metido que llegó un  momento en que me pongo a llorar y el Papa se pone como triste también”

“El primer año hice una actuación muy sencilla con un conejo que aparece en una cajita de madera. Es una actuación para niños muy pequeños y al Papa le hizo muchísima gracia. Yo tenía miedo que apareciera muerto el conejo porque ya llevaba una hora de espera en un doble fondo bastante apretado. ¡Imagínate que delante del Santo Padre aparece un conejo muerto! Me acuerdo que al terminar la actuación me acerqué a saludarle. No sabía que podía saludarle por lo que no tenía nada preparado. La gente le suele besar la mano pero como yo estaba pintado de payaso no sabía qué hacer. Entonces me cogió la cabeza, me acercó, me hizo la señal de la cruz con el pulgar en la frente y me dijo “Muuy buueeeno” como hablaba él.

Hubo un año en que  el Papa se rió muchísimo porque, entre otras cosas en la actuación pusimos todo el suelo perdido de leche, y cuando me acerqué a saludar al Papa uno de los que estaban al lado me dijo todo serio: ¡limpiar la leche!. El Papa se empezó a reír como si –el otro- me estuviera echando una pequeña bronca y el Papa se reía todavía más. Nos dimos cuenta que al Papa lo que le hacía mucha gracia era todo lo que fuera gesticular con el cuerpo, por ejemplo ese año se trataba de echarle al otro payaso un litro de leche por una oreja y sacarla por la otra oreja; utilizar el cuerpo humano para cosas absolutamente absurdas…Al final el Papa se acercó a mí y me dijo, me habéis hecho un gran regalo, un gran regalo pascual”

Diego nunca imaginó que este hobbie le permitiría con los años estrechar la mano del hombre que él más admiraba “Me parecía que sobre todo era un hombre buenísimo, un hombre sencillísimo y buenísimo Y con una naturalidad y una alegría enormes. Tenía el Papa un poder que no lo he visto nunca ni lo he sentido nunca. Salí verdaderamente removido, con una especie de paz grandísima… solamente tenía ganas de rezar. Por lo menos a mí me ha pasado eso y no lo puedo explicar de otra manera.

Años más tarde  le escribí una carta al Papa poco antes de que muriera. Mire Santo Padre le escribo esta carta para darle las gracias por que le he visto de cerca ¡tantas veces!. Me contestó con una carta muy cariñosa y la foto firmada encima de la sotana blanca suya con el pulso tembloroso por el parkinson.

Y yo estoy convencido de que el Papa me sigue sonriendo desde el Cielo todos los días”.

La salud del Papa peregrino empeoró con los años. Juan Pablo murió el 2 de abril de 2005 y nos dejó el recuerdo de su inagotable trabajo evangelizador, de su constancia y gracias a Diego Pol, el payaso Japo, nos dejó también el eco de su risa.

Algunas de sus últimas palabras que se interpretó que estaban referidas a los jóvenes fueron: “..os he buscado. Ahora habéis venido a mí. Os lo agradezco”

Disfrútenlo en youtube y tengan por seguro que el Papa Juan Pablo II, con su poder de convocatoria, estará en la JMJ cerca de Benedicto XVI y de cada uno de nosotros y nos sonreirá desde el cielo como al payaso Japo.
 

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