viernes, 6 de abril de 2012

LO PÚBLICO


 
 
En esta crisis económica que tiene sus raíces en una profunda crisis de valores, algunos principios como el Bien Común y el Principio de subsidiariedad del Estado frente a la iniciativa privada han sido eliminados de la “cosa” pública y sustituidos por otros principios como “El dinero público no es de nadie”.

Esta “desacertada frase”, pronunciada el 29 de mayo de 2004 por la entonces Ministra de Cultura Calmen Calvo, refleja con “acierto” la forma en que se ha gestionado el sector publico durante los últimos años.

Junto a ellos podemos enunciar también la regla: “el que paga manda”. Criterio muy claro que pretende dar a quien paga la facultad de ejercer autoridad en la realización del gasto que está pagando. Nos lo podemos encontrar con otros enunciados como “A caballo regalado no le mires el diente” pero el contenido es similar, y nos lo podemos encontrar en situaciones tan simples como cuando en Navidad algún pariente próximo te regala una corbata horrible que te tienes que poner por agradecimiento a quien te la regaló. Sin embargo la soberanía del consumidor, el derecho que tiene el consumidor a elegir libremente aquello que consume se sustenta en otra regla, que siendo prioritaria a la anterior tiene menos poder coercitivo y a menudo es suplantada por ella y que podemos enunciar como “el que consume manda”.

Cuando el que consume y el que paga son la misma persona todo funciona correctamente. Sin embargo con frecuencia el que consume no es el que paga y se abre una puerta por la que se puede introducir la manipulación. Esto ocurre con más frecuencia de la que sería de desear: cuando compramos un periódico, vemos la televisión, llevamos nuestros hijos al colegio, vamos al hospital. Y también cuando el Estado financia a los sindicatos, a los partidos políticos, cuando otorga subvenciones y cuando contrata con proveedores saltándose los procedimientos con subterfugios.

Las subvenciones del Estado a los sindicatos han supuesto que estos se olviden de la defensa de los trabajadores, de los que pierden su empleo y de los que ya lo han perdido; y se han entregado a ideologías que interesaban también al gobierno y que les han permitido a ambos disfrutar de sus privilegios.

La huelga general se ha vestido con muchos slogans y los sindicatos de la enseñanza ha emprendido toda una campaña contra los recortes en general como muro de contención para evitar esos otros recortes en su financiación propia que es dónde les duele y dónde está el caballo de Troya. No se trata de que los sindicatos caigan como dice Esperanza Aguirre –o quizá sí- ni tampoco de meter a todos los sindicatos en el mismo saco: en la enseñanza mientras USO tiene un reconocido prestigio, STEC es correa de transmisión de ideologías como la ideología de género. Se trata de que recuperen su función.

Tanto para los sindicatos, como para los partidos políticos y en general en la concesión de subvenciones el sistema de marcar la X en la declaración de renta garantiza la soberanía del ciudadano. Se verán obligados a estar al servicio de los ciudadanos y no al de los intereses de sus dirigentes. Durante unos años deberán establecerse complementos en forma de financiación directa como se hizo con la Iglesia para después ajustar los porcentajes y eliminar definitivamente la subvención directa. Este sistema es una garantía de libertad, de soberanía del ciudadano y devuelve los sindicatos a la función que le es debida. Con este sistema los sindicatos también ganan, es más son los que más se benefician; los que pierdan, los únicos que pierden son sus dirigentes.

En la aprobación de los presupuestos el gobierno ha desaprovechado una buena oportunidad para abordar el problema en la que hubiera contado además con la presión de Bruselas. Oportunidades las habrá y la batalla se ha de ganar entre todos porque la resistencia a perder privilegios es fuerte.
 

lunes, 2 de abril de 2012

EL PROGRESO ES DEFENDER LA VIDA


 
 
Hoy 2 de abril conmemoramos el aniversario de la muerte, y ahora ya podemos también afirmar el aniversario de la marcha al cielo del Beato Juan Pablo II. Muchas facetas desempeñó Juan Pablo II durante su pontificado y durante toda su vida. Una de ellas fue la de defensor incansable de la Vida Humana. Su encíclica Evangelium Vitae es de lectura obligatoria para cualquier gobernante que se precie.

Muchas otras voces también se están levantando últimamente en defensa de la vida. Jaime Mayor Oreja ha presentado esta semana una iniciativa europea para recoger firmas en contra del aborto en la UE que encabezará junto con el eurodiputado popular italiano Carlo Casino. Por su parte Alberto Ruiz Gallardón no deja de sorprendernos una y otra vez. Lo hizo hace algunas semanas cuando dijo que iba a reformar la regulación de la protección del derecho a la vida, modificando una ley de la interrupción voluntaria del embarazo que fue aprobada sin consenso, y que va a retomar la doctrina del Tribunal Constitucional. Lo ha vuelto a hacer recientemente poniéndose en primera fila “cum laude” al afirmar que lo progresista es el derecho a la maternidad.

El pasado fin de semana, con motivo del día internacional de la Vida fueron convocadas manifestaciones en toda España. Manifestaciones cuya principal característica es su ambiente festivo, jovial y alegre. Nada que ver con otras manifestaciones más recientes. Y manifestaciones que fueron encabezadas en Madrid por personas de primera fila del mundo de la canción como Nena Daconte, Irene Villa víctima de atentado terrorista, presentadores como Alejandra Prats y Miguel Ángel Tobías

Muchas cosas se podrían decir desde el punto de vista jurídico y de ley natural sobre el derecho a la vida y la maldad del aborto, y en el fondo todas ellas se fundamentan en dos preguntas: ¿Cuándo empieza la vida humana? y ¿qué valor tiene la vida humana?. Sin embargo en la práctica, la aceptación social del aborto es uno de los mayores dramas de nuestra sociedad, drama que se ha multiplicado exponencialmente con la píldora abortiva del día después, y requiere que el problema se aborde desde muchos ámbitos.

Son muy pocos los partidarios de aborto “per se”, salvo aquellos que lo han convertido en un negocio. Algunos defienden la prioridad de la elección de la madre ante un embarazo inesperado, pero hoy día no cabe duda de que si la madre eligiera libremente raramente elegiría abortar. La evidencia de que nuestra sociedad está envejecida se impone y reclama del Estado con urgencia políticas de apoyo a la mujer embarazada con dificultades, como las promovidas por REDMADRE. “Defender la vida con la madre no contra la madre”, es la frase de Juan Pablo II que sería el punto de unión, la mano abierta de los que defienden la vida a los que defienden la elección de la madre.

En esta la “batalla por la vida” se necesitan también testimonios como el de Esperanza Puente que abortó y ha vivido el drama en su propia piel, o el de personas que han sobrevivido a un aborto como Giana Gessen; otros como el de Abby Hohnson que pasó de directora de centro abortista a defensora de la vida o el llamado Doctor Muerte, el Doctor Bernad Nathanson uno de los artífices de la introducción del aborto en EEUU y que después se hizo próvida y se convirtió al catolicismo. Leyes como las del estado de tejas de 2010 que exige a las mujeres que quieren abortar escuchar el sonido del feto y su descripción detallada por parte del médico; u otras que busquen acorralar jurídicamente a aquellos que han hecho del aborto una fuente de enriquecimiento.

El aborto desaparecerá del mundo igual que desapareció la esclavitud y sólo quedará el recuerdo de lo que fue capaz de hacer una sociedad que rechazó a Dios e idolatró al hombre. Que esto ocurra antes o después dependerá del empeño de cada uno de nosotros.