"La ausencia de imágenes por su parte convierte el debate sobre el aborto
en algo abstracto y sin embargo aceptamos que se nos presenten imágenes de cómo
se matan animales para sensibilizarnos y no nos sentimos manipulados por ello."
Si una cosa ha quedado clara
con la modificación que el gobierno va a introducir en la Ley del Aborto de
Zapatero exigiendo permiso paterno a las menores de edad para abortar, es que
el gobierno ya no va a hacer nada más.
El programa electoral del
Partido Popular dedica el apartado 3.1 a la Familia, que define como primera
sociedad del bienestar. Después de hacer un diagnóstico acertado y establecer
unos objetivos claros se establecen doce medidas para alcanzarlos. La medida
número seis dice textualmente: «La maternidad debe estar protegida y apoyada.
Promoveremos una ley de protección de la maternidad con medidas de apoyo a las
mujeres embarazadas, especialmente a las que se encuentran en situaciones de
dificultad. Impulsaremos redes de apoyo a la maternidad. Cambiaremos el modelo
de la actual regulación sobre el aborto para reforzar la protección del derecho
a la vida, así como de las menores». Sin embargo, el aborto se puede quedar
definido como un derecho, con aborto libre y gratuito durante las primeras 12
semanas si en la manifestación del sábado próximo los ciudadanos no defendemos
la vida de forma multitudinaria.
El debate intelectual del
aborto es un debate ganado científicamente desde que en 1902 el inglés
Archivald Edward Garrod descubrió que el cigoto contiene toda la información
genética necesaria para dirigir el desarrollo de un nuevo ser. La edición de El
Mundo del día 19 de febrero dedica un extenso artículo a hablar de la Sala de
Máquinas del Genoma. José Ramón Ayllón en su libro “Antropología paso a paso” lo describe con
mucha claridad “El ADN no
sólo es código de identificación, sino también de edificación y conservación de
todo el ser vivo, desde su primer instante. Está compuesto por bases
nitrogenadas que se combinan en forma de genes unidos en largas moléculas. El
ADN es mucho más que el DNI de cada ser vivo”. Los partidarios del
aborto no suelen utilizar argumentos científicos, ni filosóficos sino slogans y
afirmaciones casi siempre sin demostrar. Raramente se preguntan cuándo empieza
la vida humana ni qué valor tiene cada vida humana.
En el año 2003 yo vivía en
Barcelona. Con motivo de las elecciones municipales, autonómicas, Generales y
Europeas en el 2003 y en el 2004, un grupo de personas, ante el fuerte incremento
que tenía el número de abortos en España, llegamos a la conclusión de que había
que hacer algo y los fines de semana recorrimos las ciudades más importantes de
Cataluña recogiendo firmas a favor de la vida humana. Entendimos muy claramente
que el problema se producía por fraude de la ley del aborto anterior y que la
realidad actual requería un planteamiento positivo, a favor de la vida y no en
contra del aborto, aunque sean dos caras de la misma moneda. Pedíamos firmas
para solicitar al gobierno “el
0.7% del PIB de apoyo a la mujer embarazada con dificultades para que no se
viera abocada a abortar”. Éramos pocos y mal organizados y las
firmas no tuvieron validez jurídica para ser instrumentadas como una ILP pero
la experiencia nos fue de gran utilidad, para entender por qué se aborta y el
enfoque que hay que dar al conflicto. Estuvimos en Gerona, Tarragona, Lérida,
Sabadell, Tarrasa y Sant Cugat del Vallés. Nos firmó aproximadamente un 75% de
las personas a las que se lo solicitábamos. Incluso personas de las que no te
esperabas la firma. Comprobamos que los partidarios del aborto eran una ínfima
minoría. Abundaban más los que nosotros definimos como “teóricos del aborto”,
que hablaban de los casos extremos, pero cuando argumentabas con ellos,
entendían el objetivo Y firmaban. “Defender la vida con la madre, y no contra
la madre” formaba parte de nuestro planteamiento y era un planteamiento
acertado. Podría contar anécdotas muy interesantes de conversaciones con
estudiantes jóvenes.
Santiago Mata en su libro “De
Isadora a Bibiana. El nuevo aborto y el holocausto” comenta que “una mujer no decide abortar, o es
empujada por otros a hacerlo, porque suponga que lo que tiene dentro no es un
ser humano. Más bien al contrario: sabe que lleva dentro un ser humano y en eso
consiste el problema". El problema en el aborto es que muchas
personas consideran que no pueden tener, al menos en ese momento, un hijo. Y
ante un mundo que se les viene encima, consideran el aborto como solución. El
escaso tiempo de vida, el tamaño del embrión pueden influir en la decisión de
abortar: mientras ese ser es pequeño, no sufre, y pocas personas se enterarán.
A modo de justificación, puede surgir entonces el argumento de que “aún no era
humano” y caerse en el error de definir la humanidad por alguna de sus
características. Pero esa justificación no es el auténtico motivo por el que se
obra sino que la verdadera razón es, como hemos dicho, el rechazo que se
experimenta por un ser que ya existe y que nos complica la vida. Santiago Mata
afirma que “la paradoja es
que cuando se abandona el mero “hecho de vivir” como fundamento de la
existencia de una persona humana, es imposible encontrar un fundamento sólido
en que apoyarla. No hay hechos clave, sino datos que no modifican el ser y así
llegamos al extremo de no poder estar seguros de la humanidad de un hombre que
duerme. (…) En último término, la pregunta no es científica, sino
ética. La duda no está en si sabemos cuándo comienza la vida humana, sino en si
estamos dispuestos a respetarla. ”.
La ausencia de imágenes por su parte convierte el debate sobre el aborto en
algo abstracto y sin embargo aceptamos que se nos presenten imágenes de cómo se
matan animales para sensibilizarnos y no nos sentimos manipulados por ello. Tan
solo faltan en el mercado imágenes de abortos siendo un fenómeno tan extendido.
En una entrevista realizada a
Jesús Poveda, presidente durante muchos años de Jóvenes Provida de Madrid,
comentó “hace poco me
llegó una chica con un volante de una trabajadora social para ir a abortar.
Venía a buscar una segunda opinión. Mi opinión fue que no abortara y dijo: ¡Ah!
Pues no aborto. Me dio vértigo la delgada línea roja que separa abortar de no
abortar: el trato burocrático que, con su suave toque, empuja a la gente a
abortar”.
La Asociación de Víctimas del
Aborto (AVA) hizo una encuesta en la que participaron casi dos mil mujeres que
habían abortado y el 87% de ellas afirmaba que la causa principal por la que
abortaron fue la falta de apoyo o el abandono de su pareja. Son los hombres los
que dejan embarazadas a las mujeres, y detrás del slogan “Derecho a decidir” se
puede entrever un “Apáñatelas como puedas”. El hombre, ante la vida que
empieza, debe asumir sus responsabilidades y recuperar sus derechos.
No sólo es necesario la abolición
de la ley del aborto de Zapatero que produce un fuerte acostumbramiento social
y da barra libre a la industria abortista, sino que también es preciso recursos
de apoyo a la maternidad, “el
0,7% del PIB de apoyo a la mujer embarazada para que no se vea abocada a
abortar” y así solucionamos también el problema grave del
envejecimiento de la población que va a convertir a España en el asilo de
Europa.
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