IDEOLOGÍA DE GÉNERO, la NUEVA RELIGIÓN.
Nueva religión y para ser más precisos, con minúscula y de rabo
de lagartija y orines de murciélago, ya que es una religión de falsos profetas
que no sigue al Dios Verdadero. Dios Verdadero que sí que siguen, con mayor o
menor acierto, las grandes religiones monoteístas, que Juan Pablo II describe
muy bien en su libro: Cruzando el Umbral de la Esperanza.
Si lanzas
una rana a una olla de agua hirviendo, la rana da un salto justo antes de tocar
el agua y se escapa sin caer en la olla; pero si pones la rana en la olla y
calientas lentamente el agua, la rana se cuece. Algo así está pasando en la
sociedad. La están llenando de contravalores, y la soledad, la frustración y el
sufrimiento son los grandes protagonistas. Uno de estos contravalores es la
Ideología de Género.
Ideología de Género que si alguna característica tiene, son
sus connotaciones de religión. Para algunos, en la Ideología de Género está la
esperanza, sino en el paraíso del proletariado, sí en un mundo sin sexos en el
que esperan encontrar felicidad y la superación de todas las limitaciones
propias de una naturaleza que se hizo hostil.
Esta creencia en el carácter redentor de la Ideología de
género se aprecia muy bien en las leyes Trans y LGTBI de la CCAA de Madrid. Cuando en el preámbulo de la LEY
DE IDENTIDAD Y EXPRESIÓN DE GÉNERO... de 17-03-16 se dice que “….En la persona imperan las características
psicológicas que configuran su forma de ser y se ha de otorgar soberanía a la voluntad humana sobre cualquier otra
consideración física. La libre
determinación del género de cada persona ha de ser afirmada como un derecho
humano fundamental, parte imprescindible de su derecho al libre desarrollo de
la personalidad”, se está introduciendo la voluntad humana en la configuración de
nuestra identidad, de lo que somos, por encima de cualquier predisposición de
nuestra naturaleza. Aunque no se menciona si eso va a proporcionar felicidad o
por el contrario va a ser motivo de frustración y sufrimiento tal y como dice
el psiquiatra Joseph Nicolosi cuando afirma que “la mente, el cuerpo y el espíritu
deben trabajar juntos en armonía para que el hombre y la mujer estén a bien
consigo mismo y maduren en su potencial como persona, y que cualquier
disfunción que se produzca será motivo de frustración y sufrimiento”, son
rasgos propios de una religión, pero de una religión “sui géneris”, de una
falsa religión porque no respeta nuestra naturaleza, que es el requisito mínio
que ha de tener una religión. En otra ocasión bajo el título Chapapote
Filosófico
he planteado la cuestión de que. si
bien la verdad nos hace libres, la libertad no nos hace verdaderos. Este es el axioma
erróneo que subyace en el preámbulo de la ley anterior.
En el
artículo 70 De La LEY DE PROTECCIÓN INTEGRAL CONTRA LA LGTBIFOBIA... de la
Comunidad de Madrid, promulgada el 21-07-16 se configura como infracción muy
grave:
c) La promoción y realización de terapias de aversión o conversión con
la finalidad de modificar la orientación sexual o identidad de género de una
persona. Para la comisión de esta infracción será irrelevante el
consentimiento prestado por la persona sometida a tales terapias. “
La
soberanía de la voluntad que antes se entronizaba por encima de la naturaleza
física, ahora se arrebata a aquellos que sufren disfunciones y deciden
adecuarse a lo que la naturaleza física ha previsto como normal. Nos
encontramos ante una religión que recuerda aquellos países islámicos en que se
condena a muerte a un musulmán que se convierte al Cristianismo. Este artículo
70 es un grave atentado a la libertad propio de regímenes dictatoriales.
El
artículo 66 de la ley anterior rompe la presunción de inocencia e invierte la
carga de la prueba, y refuerza esta configuración de la Ideología de Género
como una religión “sui géneris”. Artículo 66.- Inversión de la carga de la prueba. 1.-
En los procesos autonómicos, cuando el interesado aporte hechos o indicios razonables,
fundamentados y probados por cualquier medio de prueba admitido en derecho, de
haber sufrido discriminación por razón de orientación sexual, identidad o
expresión de género, corresponde a aquel a quien se atribuye la conducta
discriminatoria, la aportación de justificación probada objetiva y razonable de
las medidas adoptadas. Sin embargo “Romper la presunción de
inocencia e invertir la carga de la prueba es un mecanismo jurídico perverso
que alimenta aquello que quiere corregir: el odio y la violencia. Pero no
sólo en el artículo 66, sino que en todo el articulado de ambas leyes se hace
una promoción y visibilidad de la Ideología de Género que entra en conflicto
abierto con el artículo 16 de la Constitución cuando dice que “Ninguna confesión tendrá carácter estatal”
y establece la garantía de “libertad
ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más
limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del
orden público protegido por la ley”. No hay que ser abogado para
verlo.
Las
instituciones del Estado deberían ponerse en marcha para derogar por
inconstitucionalidad estos dos esperpentos de Ley. Pero claro si el Tribunal
Constitucional, en una INFAME INACCION, todavía no ha resuelto los recursos de
Inconstitucionalidad que interpuso el PP a las leyes de Zapatero ¿qué hemos de
hacer los ciudadanos?, ¿hemos de tomar las riendas de la sociedad como el 2 de
mayo de 1808?, ¿hemos de recuperar el espíritu de Agustina de Aragón y
arremeter a cañonazos contra estos falsos profetas que nos arrebatan la
libertad?
Los valores producen bien y felicidad, los contravalores producen frustración y
sufrimiento. Los contravalores no soportan los valores porque en el contraste
los contravalores se ven como lo que son, contravalores. El afán de los
contravalores es siempre eliminar los valores, hacerlos desaparecer y una vez
que hayan sido eliminados presentarse ellos como valores. Pueden conseguirlo,
pero no pueden dar amor y felicidad que es lo que necesita el ser humano.
Una sociedad en la que los valores han sido eliminados es una sociedad que
padece frustración, que sufre, pero no sabe por qué sufre. No lo sabe porque
los valores que le permitirían ver y entender, han sido eliminados, ocultados,
tapados, denostados… y no hay contraste. Es lo que ya está pasando en España y
en las civilizaciones Occidentales. No sabemos la raíz de nuestros males. Hemos
destrozado la familia. Cuantas personas hay en edad de tener nietos que no
pueden disfrutar de la paz y la alegría que transmite un niño. No saben que les
falta esa alegría y necesitan la alegría de un Orfidal. Y a eso se le
llama Progreso y Estado del Bienestar.