Llamar “negrata”
a una persona de color es un insulto que se escucha con frecuencia en las
series policíacas americanas. La palabra “negro” también resulta ofensiva si el
contexto no es de amistad. Recuerdo que el jugador de color Eto, cuando dejó el
Mallorca y fue fichado por el Barcelona, dijo que iba a correr como un “negro”.
Al decirlo de sí mismo, el comentario fue acogido favorablemente entre la afición,
sin que saliera ningún “ajusticiador de racistas”.
Algo similar ocurre
con la AMS (atracción por el mismo sexo). La homosexualidad es un trastorno que
fue eliminado del catálogo de enfermedades psiquiátricas americano en el año 1973
en medio de una gran controversia, en un congreso literalmente tomado por
Activistas Gays que impidieron el curso normal de las sesiones. Decir que la
homosexualidad es un trastorno es una realidad científica; sin embargo, decir
que una persona homosexual es un enfermo, es ofensivo si el contexto no es de
amistad.
Hay que “hilar” muy fino en
este campo porque La batalla es contra la ideología de género y contra los que
quieren imponerla mediante leyes coactivas. El error es generalizar; y es el
error que algunos quieren que cometamos, para así enfrentarnos con las personas
homosexuales.
Defender la
vida con la madre y no contra la madre, erradicar la ideología de género con
las personas homosexuales y no contra las personas homosexuales, son los
planteamientos correctos. Los niños abortados y las personas que padecen AMS
(atracción por el mismo sexo) son las víctimas de los tiempos que corren, y no
podemos añadir más sufrimiento a su sufrimiento. Rechazamos las prácticas
homosexuales, pero respetamos a las personas siempre.
Entre una
persona que padece atracción por el mismo sexo, -un homosexual- y un activista
Gay subvencionado, hay grandes diferencias. Son mundos distintos y conviene
tenerlo siempre presente y no olvidarlo nunca.
En España, durante un tiempo, algunos han cometido el error de
identificar los ciudadanos de Cataluña con el independentismo. Este era
precisamente el objetivo que buscaba el independentismo, enfrentar al resto de
España con los ciudadanos de Cataluña. Hoy todos tienen claro que hay que
apoyar esa mayoría silenciosa de catalanes que se sienten y quieren ser
españoles.
Con el islam pasa otro tanto de lo mismo. Los que mueven los
hilos del mundo, pretenden enfrentar a los católicos con los creyentes musulmanes
del islam. Por eso es siempre importante no identificar el terrorismo yihadista
con los fieles musulmanes, ni con los fieles de ninguna religión, pese a que
haya unas religiones que sean vulnerables a la manipulación violenta.
El riesgo de generalizar está presente en muchos otros
grupos. Incluso con la masonería podemos cometer el error de generalizar, porque,
hay mucha gente que se apunta a las logias como si de un equipo de futbol se
tratara, y no son conscientes de que los grados inferiores no saben nada de lo
que se ventila en los grados superiores.
El error de generalizar sin fundamento suficiente está presente
en muchos de nuestros razonamientos de la vida diaria ordinaria. Es lo que hace
que en algunos momentos seamos más radicales que en otros, y que unas personas
sean más radicales que otras.
Sin embargo, cuando las conclusiones están bien fundamentadas,
y el paso de lo concreto a lo general se realiza respetando el tamaño de la
muestra y las reglas de la lógica, nuestro razonamiento gana en veracidad y es escuchado.