miércoles, 15 de abril de 2015

LA LACRA DE LA DISCIPLINA DE VOTO


 
 
"La derogación de la ley del aborto de Zapatero, es ahora el tema prioritario ante el que no se puede transigir. Los diputados y senadores han de asumir que serán convertidos en las Legiones Malditas” del Partido Popular"
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Si de disciplina de voto se trata podríamos ahorrarnos mucho dinero. Bastaría con que cada partido político tuviera un solo diputado y su voto computara en la proporción que obtuvo su partido en las elecciones. De esta forma, además de tener un ahorro importante, soslayaríamos los problemas de la fórmula D’Hont, y nos evitaríamos la lacra de convertir a los diputados en hombres de paja votando contra su propia conciencia. El PSOE de Zapatero ya aplicó la disciplina de voto con la Ley Aído y ahora el PP pretende hacerlo con su falsa reforma de esa ley, que no hace otra cosa que validarla. 

En febrero siete diputados y cinco senadores dirigieron una carta al Presidente de Gobierno en La Moncloa oponiéndose a apoyar la reforma porque suponía avalar la ley vigente, que el PP tiene recurrida ante el Tribunal Constitucional. El portavoz del grupo parlamentario, Hernando, les explicó que “la gente vota libremente y que se da libertad para votar de acuerdo con lo que dice el programa electoral”. Hay que tener agallas, para decir esto cuando han convertido su programa electoral en poco menos que papel higiénico -con perdón-. Medio centenar de diputados y senadores se posicionaron contra la mini-reforma siendo conscientes de que “nuestra postura significará nuestra desaparición de las próximas listas electorales”. El pasado día 6 tuvieron una nueva cita, con Rafael Hernando, como informaba El Mundo. Hernando ha intentado diversas argucias y amenazas, y ha manifestado públicamente que el aborto no es un derecho y parece dispuesto a eliminar esta expresión pero no es suficiente. Entre todos los diputados, hay tres que se mantienen inflexibles en su postura. Se trata de los diputados Lourdes Méndez Monasterio diputada por Murcia, José Eugenio Azpiroz de Guipúzcoa y Javier Puente, que honra a nuestra comunidad de Cantabria. Serán sancionados con 1200 euros. Esperemos que los demás diputados y senadores tampoco muevan el listón que es derogar la ley de Zapatero.

Entre los firmantes provida existe la convicción de que “el giro sobre el aborto no se debe a  proyecciones sociológicas de Pedro Arriola, sino sobre todo a presiones internaciones, tanto desde la ONU como desde Bruselas”. Convicción que también manifesté en esta Tribuna en un artículo “Quid est Veritas”, el pasado 29 de Diciembre.

Por su parte Celia Villalobos afirmó en televisión que “lo que no cabe en el PP son las personas que dicen no al aborto”. Los militantes del PP lo tienen complicado porque es indignante dejar el partido en manos de unos pocos que controlan el partido de forma poco democrática. Los electores lo tienen más fácil porque el voto pro-vida ya no es un voto cautivo y hay líderes políticos que no están hipotecados con ideologías extrañas y están abiertos a razonar y buscar la verdad.

En la manifestación del pasado 14 de marzo “Cada vida importa” se vio la punta del iceberg del voto a favor de la vida, que es el voto de todas las personas de buena voluntad que saben que el primer derecho es el derecho a vivir. Eran todos los que estaban, pero no estaban todos los que son. Sería un error que tendría consecuencias importantes, si alguien se quedara simplemente con la foto de los que estaban, y no calculara el volumen del resto del iceberg.

Creo que al decidir nuestro voto debemos pensar si los candidatos hablan a favor de la vida o a favor del aborto, si –en caso de haber gobernado ya- han impulsado medidas de apoyo a las mujeres embarazadas o no, si han respetado la libertad de educación de las familias o han promovido en la escuela  el adoctrinamiento ideológico de género tan proclive al aborto, etc.” Son palabras textuales, claras e inequívocas, del discurso de Benigno Blanco.

Por desgracia, para el gobierno valemos lo que valen nuestros votos, por eso el mensaje fue rotundo. “Mientras tanto, en España surgen nuevos partidos políticos, se expanden otros que ya existían  y se contraen algunos de los de siempre. En este panorama político cambiante, los defensores de la vida deseamos que surjan mayorías parlamentarias comprometidas con la vida, hoy o mañana; y trabajaremos para que se forme una mayoría social que logre algún día determinar que un Parlamento sensible con la vida dé el paso de dictar leyes justas en esta materia.”

La derogación de la ley del aborto de Zapatero, es ahora el tema prioritario ante el que no se puede transigir. Los diputados y senadores han de asumir que serán convertidos en las Legiones Malditas” del Partido Popular. La actual ley del aborto es una ley que fue aprobada sin el consenso que tanto reclama Rajoy y bajo presiones de la industria abortista a raíz del caso Morín. El mejor planteamiento, el más fácil de defender, es derogarla y buscar el consenso en la próxima legislatura, con una generosa ley de apoyo a la maternidad y contra el envejecimiento de la población.

Es una ley que no sólo configura el aborto como un derecho, sino que contiene los preceptos más relevantes para los ciudadanos como usuarios del sistema educativo y sanitario, elaborados bajo la perspectiva de género. Es una “bomba química” contra la libertad de las personas, un arma jurídica de destrucción masiva. Los “destrozos” que se pueden hacer con ella y las bocas que se pueden llegar a tapar, son incalculables. Hasta el momento se ha optado por no asustar, porque todavía puede ser derogada, pero ha permitido que durante estos años la ideología de género vaya calando en la sanidad y en la enseñanza. En la segunda parte analizaremos el contenido de esta ley perversa que conviene tener presente.

“Firme la proclamación de emancipación hará unos dieciocho meses antes de mi segunda elección. Interpreté que tenía potestad para hacerlo, sin embargo también pensé que era posible que estuviera equivocado. El pueblo me lo haría saber. Tuvo un año y medio para meditarlo y volvió a elegirme y el 1 de febrero que viene tengo intención de firmar la decimotercera enmienda (…) Ni la esclavitud ni la servidumbre involuntaria excepto como castigo por un delito del cual la persona haya sido debidamente condenada, podrán existir en los EEUU o en cualquier lugar sujeto a su jurisdicción. El Congreso tendrá facultades para hace cumplir esta enmienda por medio de la legislación apropiada”. De la película Lincoln de Spielberg.
 
 


 


 

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