"La derogación de la ley del aborto de Zapatero, es ahora el tema prioritario ante el que no se puede transigir. Los diputados y senadores han de asumir que serán convertidos en las “Legiones Malditas” del Partido Popular"
_____________________________________
Si
de disciplina de voto se trata podríamos ahorrarnos mucho dinero. Bastaría con
que cada partido político tuviera un solo diputado y su voto computara en la
proporción que obtuvo su partido en las elecciones. De esta forma, además de
tener un ahorro importante, soslayaríamos los problemas de la fórmula D’Hont, y
nos evitaríamos la lacra de convertir a los diputados en hombres de paja
votando contra su propia conciencia. El PSOE de Zapatero ya aplicó la
disciplina de voto con la Ley Aído y ahora el PP pretende hacerlo con su falsa
reforma de esa ley, que no hace otra cosa que validarla.
En
febrero siete diputados y cinco senadores dirigieron una carta al Presidente de
Gobierno en La Moncloa oponiéndose a apoyar la reforma porque suponía avalar la
ley vigente, que el PP tiene recurrida ante el Tribunal Constitucional. El
portavoz del grupo parlamentario, Hernando, les explicó que “la gente vota libremente y que se da libertad para votar
de acuerdo con lo que dice el programa electoral”. Hay que tener
agallas, para decir esto cuando han convertido su programa electoral en poco
menos que papel higiénico -con perdón-. Medio centenar de diputados y senadores
se posicionaron contra la mini-reforma siendo conscientes de que “nuestra postura significará nuestra desaparición de las
próximas listas electorales”. El pasado día 6 tuvieron una nueva
cita, con Rafael Hernando, como informaba El Mundo. Hernando ha intentado
diversas argucias y amenazas, y ha manifestado públicamente que el aborto no es
un derecho y parece dispuesto a eliminar esta expresión pero no es suficiente.
Entre todos los diputados, hay tres que se mantienen inflexibles en su postura.
Se trata de los diputados Lourdes Méndez Monasterio diputada por Murcia, José
Eugenio Azpiroz de Guipúzcoa y Javier Puente, que honra a nuestra comunidad de
Cantabria. Serán sancionados con 1200 euros. Esperemos que los demás diputados
y senadores tampoco muevan el listón que es derogar la ley de Zapatero.
Entre los firmantes
provida existe la convicción de que “el giro
sobre el aborto no se debe a proyecciones sociológicas de Pedro Arriola,
sino sobre todo a presiones internaciones, tanto desde la ONU como desde
Bruselas”. Convicción que también manifesté en esta Tribuna en un
artículo “Quid est Veritas”, el pasado 29 de Diciembre.
Por su parte Celia
Villalobos afirmó en televisión que “lo que no cabe en el PP son las personas
que dicen no al aborto”. Los militantes del PP lo tienen complicado porque es
indignante dejar el partido en manos de unos pocos que controlan el partido de
forma poco democrática. Los electores lo tienen más fácil porque el voto
pro-vida ya no es un voto cautivo y hay líderes políticos que no están
hipotecados con ideologías extrañas y están abiertos a razonar y buscar la verdad.
En la manifestación
del pasado 14 de marzo “Cada vida importa” se vio la punta del iceberg del voto
a favor de la vida, que es el voto de todas las personas de buena voluntad
que saben que el primer derecho es el derecho a vivir. Eran todos los que estaban,
pero no estaban todos los que son. Sería un error que tendría consecuencias
importantes, si alguien se quedara simplemente con la foto de los que estaban,
y no calculara el volumen del resto del iceberg.
“Creo que al decidir nuestro voto debemos pensar si los
candidatos hablan a favor de la vida o a favor del aborto, si –en caso de haber
gobernado ya- han impulsado medidas de apoyo a las mujeres embarazadas o no, si
han respetado la libertad de educación de las familias o han promovido en la
escuela el adoctrinamiento ideológico de género tan proclive al aborto,
etc.” Son palabras textuales,
claras e inequívocas, del discurso de Benigno Blanco.
Por desgracia, para el
gobierno valemos lo que valen nuestros votos, por eso el mensaje fue rotundo. “Mientras tanto, en España surgen nuevos partidos
políticos, se expanden otros que ya existían y se contraen algunos de los
de siempre. En este panorama político cambiante, los defensores de la vida
deseamos que surjan mayorías parlamentarias comprometidas con la vida, hoy o
mañana; y trabajaremos para que se forme una mayoría social que logre algún día
determinar que un Parlamento sensible con la vida dé el paso de dictar leyes
justas en esta materia.”
La
derogación de la ley del aborto de Zapatero, es ahora el tema prioritario ante
el que no se puede transigir. Los diputados y senadores han de asumir que serán
convertidos en las “Legiones Malditas” del
Partido Popular. La actual ley del aborto es una ley que fue aprobada sin el
consenso que tanto reclama Rajoy y bajo presiones de la industria abortista a
raíz del caso Morín. El mejor planteamiento, el más fácil de defender, es
derogarla y buscar el consenso en la próxima legislatura, con una generosa ley
de apoyo a la maternidad y contra el envejecimiento de la población.
Es
una ley que no sólo configura el aborto como un derecho, sino que contiene los
preceptos más relevantes para los ciudadanos como usuarios del sistema
educativo y sanitario, elaborados bajo la perspectiva de género. Es una “bomba
química” contra la libertad de las personas, un arma jurídica de destrucción
masiva. Los “destrozos” que se pueden hacer con ella y las bocas que se pueden
llegar a tapar, son incalculables. Hasta el momento se ha optado por no
asustar, porque todavía puede ser derogada, pero ha permitido que durante estos
años la ideología de género vaya calando en la sanidad y en la enseñanza. En la
segunda parte analizaremos el contenido de esta ley perversa que conviene tener
presente.
“Firme
la proclamación de emancipación hará unos dieciocho meses antes de mi segunda
elección. Interpreté que tenía potestad para hacerlo, sin embargo también pensé
que era posible que estuviera equivocado. El pueblo me lo haría saber. Tuvo un
año y medio para meditarlo y volvió a elegirme y el 1 de febrero que viene
tengo intención de firmar la decimotercera enmienda (…) Ni la esclavitud ni la
servidumbre involuntaria excepto como castigo por un delito del cual la persona
haya sido debidamente condenada, podrán existir en los EEUU o en cualquier lugar
sujeto a su jurisdicción. El Congreso tendrá facultades para hace cumplir esta
enmienda por medio de la legislación apropiada”. De la película
Lincoln de Spielberg.
No hay comentarios:
Publicar un comentario