domingo, 10 de mayo de 2015

CANTABRIA ES ESPAÑA (…)


El dicho popular español y principalmente asturiano que resume la importancia del Reino de Asturias en la génesis de la nación española mediante referencia a la batalla de Covadonga, adopta diferentes formas. (…) en Cantabria, donde verdaderamente no hubo musulmanes como en Asturias (véase Muza en Gijón) suelen decir "Cantabria es España y lo demás tierra reconquistada" que no deja de ser una variación de las anteriores”.
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… Y lo demás es tierra conquistada. Esto le dije a un amigo asturiano y se enfadó. Tuve que pagar las cervezas para arreglar la situación. Y es que la historia ¿es la que fue?, o ¿fue la que nos han contado?  Si fue la que fue, entonces la historia es la que es, pero si no fue la que nos han contado, entonces, como decía mi abuelo, ¡todo son historias! Y esta última tesis pretende prevalecer en la opinión pública.

Amenábar se permitió hacer una película, Ágora, en la que no se sabe si los buenos son los que fueron o fueron los que no fueron; y los que fueron, fueron los malos. Otros colectivos se han apropiado de la figura de Alejandro Magno nombrándolo cuasi patrono fundador de su gremio. Nadie vive ya para contarlo, y eso da mucho juego.

Pero incluso en el mundo en que vivimos para contarlo, todo se cambia o se quiere cambiar. En la Universidad de Cantabria se hacen aulas en las que los hombres visten de mujer y las mujeres de hombres. Se construyen identidades: mujeres y hombres en relación en una sociedad en cambio. ¿A dónde se quiere llegar? Como decía un amigo de colegio, ¡viva el cerebro vacío, pero inmaculado!

El fundamento de mi tesis estaba en La Historia de España para niños que regalamos a mis hijos cuando eran niños. Dice textualmente: “Los cántabros, tan aguerridos como los astures, dominaban la costa desde el Sella a Castro Urdiales y suyas eran las poderosas fuentes del río Ebro.”. Si los cántabros dominaban la costa desde el Sella a Castro Urdiales y consultamos Google Earth, se deduce que dominaban Covadonga en la España prehispánica. Esto trataba de argumentar a mi amigo. Me contestó que luego llegaron los romanos y se quedaron -sin que los de Buelna pudieran evitarlo, añadí yo-. Después llegaron los Suevos, vándalos y Alanos y también se quedaron, y por último llegaron los visigodos que también se quedaron, y el puzle genealógico quedó trastocado. Hasta que Vitiza y el conde don Julián, en sus luchas sucesorias para derrotar al visigodo Rodrigo, llamaron a Táriq, berebere del Magreb y a sus jefes árabes y consiguieron su propósito en la batalla de Guadalete, el 16 de Julio del 711, con la sorpresa de que, el tal Táriq también se quedó, y  se adueñó del reino de España en nombre del califa de Damasco.

Ochocientos años tardamos en arreglar el desarreglo de Vitiza y el conde don Julián, pero, ¿por qué no les dejamos que se quedaran como a los anteriores? Mi conclusión es que es un problema de libertades, más en concreto de libertad religiosa, y más en concreto de libertad de conciencia. Cuando se subyuga la libertad de un pueblo, la olla coge presión y tarde o temprano explota. Es esta falta de libertad la que explica la actual invasión de pateras en nuestras costas, desde el Norte de África. Y, ¿cuánto tardaremos en arreglar el desarreglo de Zapatero con su ley 2/2010 refrendada por Rajoy? El que yo hice con mi amigo se saldó pagando unas cervezas. Para el de Zapatero y Rajoy, y para desparasitar España de ideologías extrañas, se requerirán años y quizá otro Don Pelayo no infectado de ideologías extrañas.

En aquel momento, de haber podido consultar Wikipedia, las cervezas no las habría pagado yo. Wikipedia dice textualmente: “El dicho popular español y principalmente asturiano que resume la importancia del Reino de Asturias en la génesis de la nación española mediante referencia a la batalla de Covadonga, adopta diferentes formas. (…) en Cantabria, donde verdaderamente no hubo musulmanes como en Asturias (véase Muza en Gijón) suelen decir "Cantabria es España y lo demás tierra reconquistada" que no deja de ser una variación de las anteriores”. Excepto por un “re”, Wikipedia también soporta mi tesis.

En desconocimiento de Wikipedia y con las cervezas ya consumidas, le argumenté a mi amigo, sin citar la fuente, que no recordaba, que fueron Cántabros los que conquistaron todo el valle del Sella. Más en concreto, fueron mujeres cántabras, mujeres de temple, mujeres que vestían de mujer y olían a perfume, olían a mujer; mujeres de exquisita belleza, carácter e ingenio, las que conquistaron a los astures y se establecieron en el valle del Sella. Y, fueron mujeres asturianas, mujeres elegantes, seductoras, recias, emprendedoras, defensoras de la familia y las tradiciones,  las que sedujeron a los montañeses cántabros y, evitando males mayores, se establecieron en la comarca lebaniega y en el valle del Deva. Y Así, entrambas, lograron una pacífica y enriquecedora fusión de ambos pueblos, hecho que no habían conseguido ni los romanos. Pero como los árboles genealógicos se elaboran con el apellido del padre, por este machismo secular imperante que ignora por completo que cuando nacemos pasamos nueve meses en el seno materno, resulta que cuando Don Pelayo inicia la reconquista, el valle del Sella es conocido como asturiano; pero ciertamente era sangre cántabra la que corría por sus venas y las de aquellos intrépidos montañeses que iniciaron el arreglo de los desarreglos de estos dos “besugos con alma” –me refiero a don Julián y Vitiza-.

En fin, que la historia es la que fue y cuando intentamos cambiarla, aunque sea de broma, todo son historias. Y si le dicen a algún amigo Asturiano que Cantabria es España y lo demás es tierra conquistada, mejor no discutan, y tanto si lo acepta, como si no lo acepta, acepten de buen grado pagar las cervezas. Pero ahora el tema que nos ocupa es que no nos cambien el presente y podamos labrar un futuro en libertad acorde con lo que somos, donde las mujeres sean guapas –las mujeres siempre son guapas, al menos para alguien-, vistan de mujer, huelan a perfume de mujer y los hombres como los osos, cuanto más feos más hermosos.
 
 

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