“Quién escupe al cielo, a la cara le cae” dice el refrán
Español. Algunos se permiten ofender a Dios a quién no ven y de paso lanzan sus
excrementos sobre los creyentes a los que sí ven.
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Deben
pensar que Dios no existe, porque si existiera, no aguantaría sus bravuconadas.
Y no se dan cuenta que gracias a personas como el Papa Francisco, que
imploran la Misericordia de Dios, se salvan de la debacle.
Cabe felicitar a Alberto Fernández Díaz por su valentía al abandonar
el acto, que poco tiene de poesía y mucho de agresión. Agresión no física pero
sí violenta contra lo más preciado que tenemos las personas que son nuestras
creencias, nuestras convicciones más profundas. Agresión violenta que hay que
combatir con el estado de derecho.
El Partido Popular es un partido en
el que, a pesar de las traiciones y errores de Rajoy, de vez en cuando salen
personajes ilustres que ponen el listón muy alto. Esperanza Oña lo hizo hace
ahora un año, cuando nos tuvimos que quitar el sombrero por su defensa
espontánea de la vida en el parlamento de Andalucía. Doce han sido los
diputados del PP que no se han plegado a la disciplina de Voto, para no validar
la ley del Aborto de Zapatero. Recientemente ha sido un concejal
del Ayuntamiento de Madrid quien ha dejado al descubierto el sesgo
político con el que Ahora Madrid quiere cambiar el nombre de 300 calles de la
capital. También en otros partidos como en el PSOE nos encontramos personajes
con altura de miras como Francisco Vázquez, y en Ciudadanos, Carlos Pracht, que
no tuvo ningún reparo de afirmar que el aborto es una forma de violencia,
arriesgándose a que Albert Ribera, a continuación le enmendara la plana, como
así sucedió… etc.
Son frecuentes los comentarios de
que no se atreven a blasfemar con el Islam, pero sí con la religión católica.
Parece desprenderse de estas alusiones que el Islam es una religión de hombres
fuertes, de vencedores y el cristianismo de débiles, de vencidos. Sin embargo
nada más lejos de la realidad. Los actos terroristas de Paris no son sino eso,
actos de terrorismo que también se convierten en blasfemos al utilizar el
nombre de Dios para la violencia. Vencer la violencia con violencia es entrar
en una espiral cuyo punto final es muerte y desolación. Sin embargo cuando la
violencia se ataja con el derecho y la justicia que tienen raíces cristianas,
el punto final acaba siendo la reconciliación.
La gran victoria del cristianismo se
produce cuando te encuentras con que personas como el Dr. Bernard Nathanson,
responsable de 500.000 abortos y conocido como el doctor muerte, se arrepiente
y se convierte en defensor de la vida; cuando personas como Sara Winter
con-fundadora de Femen en Brasil pide perdón, se arrepiente de haber abortado,
y tras el nacimiento de un nuevo hijo recapacita y se vuelve férrea defensora
de la vida.
Victoria del
cristianismo cuando un grupo de hombres católicos rezan pacíficamente el
Rosario para defender la Catedral de la ciudad de San Juan en Buenos Aires.
Algunas mujeres, muchas con el torso desnudo, pintaron con spray las
entrepiernas y rostros de estos hombres, dibujándoles swásticas sobre el pecho
y la frente, y pintándoles con plumón bigotes que emulaban a Hitler. Realizaron
actos obscenos y sexuales frente a ellos, frotándoles sus senos mientras
gritaban “saquen sus rosarios de nuestros ovarios,”
Victoria del Cristianismo cuando te
enteras de que Dolores Ibarruri antes de morir pidió ver a un sacerdote
católico. Y victoria del cristianismo cuando te enteras de que Santiago
Carrillo hizo otro tanto de lo mismo. Seguramente, tras su muerte, serían
recibidos con honores, por todos aquellos que perdieron su vida en la contienda
española, “gracias” a ellos.
Debería ser un poco más cuidadosa
esta supuesta poetisa de Cataluña, su valedora y los moscardones que la
secundan, porque en la segunda parte del Padre Nuestro pedimos a Dios que nos
dé nuestro pan de cada día. La situación de muchas personas en Cataluña y en el
resto de España es delicada y si no falta el pan es porque Cáritas lo provee, y
no ellos, sus gobernantes, que mientras tanto construyen su Torre de Babel.
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