miércoles, 5 de febrero de 2014

SANGREAZUL





Usted afirme que cree en la igualdad jurídica de todas las razas, no en la igualdad racial, se lo suplico señor. Contemporice o lo arriesga todo.”
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El 24 de marzo de 2004 la prensa se abría con titulares como estos: La Familia Real al completo presidió hoy en la Catedral de La Almudena de Madrid los funerales de Estado por las 192 víctimas mortales de los sangrientos atentados del 11 de marzo. En un ambiente de dolor contenido, los Reyes, el Príncipe, las infantas, sus maridos y la prometida de don Felipe dieron el pésame uno a uno a los familiares de los fallecidos…. Una de las imágenes más emotivas ha sido cuando la Infanta Cristina, después de dar el pésame a las familias de las víctimas, ha pasado de las lágrimas al llanto teniendo que ser consolada por su marido.” ….. "Gracias por su consuelo", le dijo un hombre a la infanta Cristina, deshecha por lo que veía. "Espero que les sirva de algo", le respondió. Al final, doña Cristina no pudo más y se abrazó a su esposo. "Es terrible...", se le oyó decir.”

Si algo hay que destacar de la Infanta Cristina es su carisma y sensibilidad con el dolor de la gente. Y si hay algo a destacar hoy, diez años más tarde del atentado en Madrid del 11 M, es la pérdida para España de unos de los valores más emblemáticos de nuestra casa Real. Justas y acertadas las palabras del presidente del Gobierno Mariano Rajoy cuando ha afirmado que la Infanta Cristina también tiene derecho a la presunción de inocencia, de que estaba convencido de su inocencia y de que le iría bien, y de que no debía renunciar a sus derechos reales. También fueron acertadas las palabras del ex defensor del Pueblo Enrique Múgica que al ser entrevistado recientemente en un medio de comunicación, ha afirmado que lo que le causa tristeza es el morbo con el que se ha llevado todo el proceso de la Infanta Cristina. Lamentables las filtraciones constantes a la prensa que se han producido desde el inicio del proceso y la forma en que se ha ventilado toda la intimidad de los duques de Palma con un ensañamiento que rompe la igualdad ante la ley por el lado contrario. Cada vez que se apela a la igualdad ante la ley en el caso de la Infanta, lo que de hecho se produce es precisamente lo contrario, un ensañamiento en ella y su familia por el sólo hecho de ser miembros de la familia real.

El “paseíllo” a pie para ir a declarar no lo ha de dar la Infanta, precisamente porque todos somos iguales ante la ley. Si para un ciudadano desconocido ese “paseíllo” no supone exposición a insultos o agravios para la Infanta tampoco lo ha de suponer y para eso la entrada en el Juzgado ha de ser de otra forma.

El tema de fondo es si todos somos iguales ante la Ley; y esta igualdad admite muchos matices. En el debate político de la película Lincoln de Spielberg, se plasma muy acertadamente la importancia de estos matices trasladándose el debate desde la igualdad en todas las cosas hasta centrarlo únicamente en la igualdad jurídica: Usted afirme que cree en la igualdad jurídica de todas las razas, no en la igualdad racial, se lo suplico señor. Contemporice o lo arriesga todo.” Es la recomendación que se da a uno de los diputados del partido republicano para que no entorpezca y facilite el proceso de aprobación de la decimotercera enmienda que aboliría la esclavitud.

El aforamiento de los diputados y cargos públicos rompe también la igualdad jurídica así como la potestad de indulto que recae en el gobierno. Y como hemos dicho antes la igualdad jurídica se rompe sobre todo cuando desde un juzgado se producen filtraciones que inician un proceso paralelo de enjuiciamiento en la prensa, que sólo se produce en personajes de relevancia pública. En los medios de comunicación, el tamaño y el impacto de un titular nunca guarda proporción con la gravedad del delito. Sorprende que sobre estas filtraciones no se produzcan investigaciones ni se exijan responsabilidades a los titulares de los Juzgados ni a los medios que las publican, y si no hay base legal para ello, sorprende que no la haya. Podríamos encontrar muchas otras situaciones de hecho en que la igualdad jurídica se rompe en un sentido o en otro.

Centrándonos en el caso de la Infanta la pregunta es si una persona que nace Infanta, que nace con una condición social, con un “para”, podemos decir que nace en situación de igualdad al resto de los ciudadanos; o más bien abríamos de afirmar que nace con una distinción, para bien o para mal. ¿Puede la Infanta ejercer una profesión de médico, abogado, economista…etc. con la misma normalidad que cualquier ciudadano, o su condición de Infanta hará que todo lo que haga tenga una relevancia susceptible de tener una repercusión mediática y ser enjuiciado por los medios?

En medicina se ha hablado mucho del bebé medicamento. Es el bebé que viene al mundo con un  “para”; para ser donante a un hermano enfermo. A parte delos problemas bio-médicos que se plantean, subyace también el problema ético de si una persona puede nacer con un “para” que sea compatible con su libertad.

Cuando Iñaqui Urdangarín y doña Leticia toman la decisión de casarse con la Infanta y con el Príncipe Felipe no es una decisión del mismo “calibre” que la de cualquier ciudadano que contrae matrimonio. Y probablemente Iñaqui Urdangarín no estaba preparado para ser miembro de la Casa Real y en estos años de bonanza que tanta frivolidad y manga ancha han producido en la sociedad no ha tenido criterios de conducta claros ni ha habido una normativa adecuada, que marcara cuál y cómo debía ser su vida profesional.

Me alegré cuando Mario Pascual vives, abogado de Iñaqui Urdangarín afirmó que los veía unidos en la adversidad. Las personas se curten en la dificultad. La rectificación en nuestros errores nos permite mejorar  y esperemos que el “pueblo” no sea tan cerril ni tan corto de miras que se obstine en destruir el carisma de los duques de Palma ni lo que representan en la casa Real. En mi opinión, otros pensarán distinto, la categoría humana y el “saber estar” de nuestra casa Real, incluidos los duques de Palma, está muy por encima del resto de la realeza europea.

Como Rajoy, yo también estoy convencido de que a la Infanta le irá bien con la justicia y les deseo  a los dos que les vaya bien ¿por qué? Por todo lo que he dicho hasta ahora, y porque el calvario que han venido soportando me parece que ya es suficiente.
 

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