La pretendida neutralidad sexual,
la consideración de que niños y niñas son idénticos, de que la feminidad y la
masculinidad son construcciones sociales aprendidas que deben ser eliminadas tienen
efectos negativos en los niños tanto en el aspecto personal como en el
académico.
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Que los niños jueguen más con muñecas o vistan de color rosa en
vez de azul como
proponía recientemente Maria Ángeles Ruiz-Tagle, de la asociación Consuelo
Berges, con todo mi respeto, no va a facilitar que de mayores sean capaces
de conciliar su vida familiar y laboral con sus parejas mucho mejor. Estos
hechos en sí mismos no son determinantes pero si incidimos en ellos les vamos a
crear confusión acerca de su verdadera identidad como varón o mujer, esa
identidad que ya está configurada en el ADN de cada una de los billones de
células de su organismo de tal manera que “cualquier disfunción que se produzca
será causa de frustración y sufrimiento”. La conciliación de su vida
familiar y laboral con sus parejas será consecuencia de que hayan sido educados
en la responsabilidad, en valores y en la cultura del esfuerzo y para esto
la educación diferenciada ofrece posibilidades que no ofrece la educación mixta.
La pretendida neutralidad sexual, la consideración de que niños y niñas son
idénticos, de que la feminidad y la masculinidad son construcciones sociales
aprendidas que deben ser eliminadas tienen efectos negativos en los niños
tanto en el aspecto personal como en el académico. Maria Calvo Charro
Presidenta de la European Asociation Single Sex Education, e Investigadora de
la Universidad de Harvard, en su libro EDUCANDO PARA LA IGUALDAD comenta
cómo científicos y expertos de muy diferentes tendencias e ideologías coinciden
en que el aumento del fracaso escolar y de los problemas psíquicos en los niños
y niñas tienen su origen en el empeño por despreciar las diferencias sexuales.
Los avances de la neurociencia, favorecidos por las novedosas tecnologías de la
imagen, que permiten el estudio de la actividad cerebral en personas vivas por
medios no invasivos, muestran que, desde la octava semana de gestación, se
originan diferencias cerebrales, en estructura y funcionamiento, provocadas
principalmente por la testosterona en los hombres y por los estrógenos en las
mujeres. Estas diferencias marcan ciertas tendencias, aptitudes y habilidades
según el sexo durante toda la vida. Niños y niñas, hombres y mujeres, son
iguales en derechos y deberes, humanidad y dignidad sin que haya diferencias
significativas en su coeficiente intelectual; sin embargo, el diformismo
sexual cerebral hace que sean, al mismo tiempo diferentes y eso se
manifiesta habitualmente en formas de socialización, comunicación afectividad,
sexualidad, comportamiento, reacciones ante idénticos estímulos, prioridades,
intereses…lo que a su vez influye también en su forma de aprender.
Cada niño y cada niña, es un ser único e irrepetible, un ser humano que sólo
alcanzará su plenitud si tenemos en cuenta que el sexo no es algo accidental
sino constitutivo de su persona.
La
sexualidad es algo muy importante en las personas y no podemos banalizarla. Nos
define, forma parte de todo lo que somos, de nuestra psique, de nuestra alma y
de nuestro cuerpo que deben trabajar juntos en armonía para que el hombre y
la mujer estén a bien consigo mismo y maduren en su potencial como persona”.
La condición de hombre o mujer reflejada en la cadena de cromosomas ADN de cada
una de las células de nuestro cuerpo que se refleja en la complementariedad
física y fisiológica del hombre y la mujer deben estar en consonancia con el
sentir de la mente y del espíritu; y las disfunciones que se produzcan serán
siempre una fuente de frustración y sufrimiento.
Philippe
Ariño homosexual español de 34 años, que actualmente enseña idiomas en París,
en una valiente entrevista en www.aleteia.org
cuya lectura recomiendo “vivamente” al lector, explica que “Ser homosexual es un sufrimiento, no es una elección o un
pecado o algo inocuo: conozco a
más de noventa personas con pulsiones homosexuales que han sido violadas. Ahora
el mundo LGBT me odia por lo que digo, pero se lo repito también a ellos: la
homosexualidad es una herida que no se alivia teniendo relaciones. Si
no lo admites, nunca tendrás paz. En 2011 descubrí la belleza de la continencia. Había empezado a reconocer que algo no iba bien y volví
a la iglesia. Durante una conferencia hablé de mi condición y me di cuenta de
que me ayudaba. (…). Por esto digo que somos los peores enemigos de nosotros
mismos. En la Iglesia, en cambio, he encontrado por primera vez a alguien
que me ha acogido como persona, teniendo en cuenta todo lo que es Philippe”.
Al Ingenioso
hidalgo Don quijote de la Mancha, de tanto leer novelas de caballerías, “se le secó el cerebro, de manera que vino a perder el
juicio” y lo que eran molinos de vientos se tornaron gigantes en su
cabeza. En el trasfondo de la pretendida neutralidad sexual está la ideología
de género que busca, sino abolir la ley de la gravedad, si cambiar la
naturaleza humana para reconfigurarla de nuevo. “Levantóse
en esto un poco de viento y las grandes aspas comenzaron a moverse, lo cual
visto por Don Quijote, dijo: pues aunque mováis más brazos que los del gigante
Briareo, me lo habéis de pagar. Y en diciendo esto, y encomendándose de todo
corazón a su señora Dulcinea, pidiéndole que en tal trance le socorriese, bien
cubierto de su rodela, con la lanza en ristre, arremetió a todo el galope de
Rocinante, y embistió con el primer molino que estaba delante; y dándole una
lanzada en el aspa, la volvió el viento con tanta furia, que hizo la lanza
pedazos, llevándose tras sí al caballo y al caballero, que fue rodando muy
maltrecho por el campo.”
Publicado en El Mundo Cantabria el 7 de Junio de
2014
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