domingo, 22 de noviembre de 2015

LEGALIDAD INTERNACIONAL





Este país está sembrado de guerras de costa a costa, leyes humanas, no divinas, si te las saltaras, y eres muy capaz de hacerlo Roper ¿crees  de veras que podrías resistir impasiblemente los vientos que se levantarían?  Sí. Yo concedería al Diablo el beneficio de la ley por mi propia seguridad. De la película Un hombre para la Eternidad

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Los recientes atentados de Paris, los del pasado mes de Enero y la advertencia del riesgo de un ataque con armas químicas o biológicas, dejan a Francia y al mundo entero en un estado de conmoción. Un atentado indiscriminado es tan fácil de perpetrar y tan difícil de prevenir como evitar que un pirómano queme un bosque. Se ha de responder con contundencia pero también con prudencia y acierto.

Para no perder de vista el marco en el que nos movemos conviene recordar lo que Juan Pablo II dijo en su libro Cruzando el Umbral de la Esperanza en relación con el Islamismo. “Gracias a su monoteísmo, los creyentes en Alá nos son particularmente cercanos afirmando más adelante del Corán que Es imposible no advertir el alejamiento de lo que Dios ha dicho de Sí mismo, primero en el Antiguo Testamento por medio de los profetas y luego de modo definitivo en el Nuevo Testamento por medio de Su Hijo. (…). Al Dios del Corán se le dan unos nombres que están entre los más bellos que conoce el lenguaje humano, pero en definitiva es un Dios que está fuera del mundo, un Dios que es sólo Majestad, nunca el Emmanuel, Dios-con-nosotros. El islamismo no es una religión de redención. No hay sitio en él para la Cruz y la Resurrección. (…) Sin embargo, la religiosidad de los musulmanes merece respeto. No se puede dejar de admirar, por ejemplo, su fidelidad a la oración (…) El Concilio ha llamado a la Iglesia al diálogo también con los seguidores del "Profeta", y la Iglesia procede a lo largo de este camino Juan Pablo II recuerda después los encuentros de Asís y la “grandísima hospitalidad” y benevolencia con la que fue acogido y escuchado en sus viajes por África y Asia y en Marruecos en 1985.

Si generalizamos indiscriminadamente caeríamos en la mayor de las injusticias. Menciona también Juan Pablo II que “no faltan, sin embargo, dificultades muy concretas. En los países donde las corrientes fundamentalistas llegan al poder, los derechos del hombre y el principio de la libertad religiosa son interpretados, por desgracia, muy unilateralmente; la libertad religiosa es entendida como libertad de imponer a todos los ciudadanos la "verdadera religión". La situación de los cristianos en estos países es a veces de todo punto dramática. Los comportamientos fundamentalistas de este tipo hacen muy difícil los contactos recíprocos. No obstante, por parte de la Iglesia permanece inmutable la apertura al diálogo y a la colaboración

José Orlandis en su libro “Historia de la Iglesia” comenta que “las cruzadas se saldaron en definitiva con un fracaso (…) Es interesante observar de qué modo el final de la Cruzada coincide con el comienzo de la misión en tierras del Islam. Cuando las Cruzadas caminaban hacia su ocaso, se iniciaba –impulsado por San Francisco de Asís y los mendicantes- el movimiento de las misiones cristianas. La lucha armada con los infieles cedía el paso al pacífico anuncio de  la doctrina evangélica”.

Cualquier respuesta bélica a los atentados debe hacerse en el marco del derecho internacional, de la ONU y con la OTAN a su servicio. No ha de ser Francia, Rusia, ni ningún país el que responda con ataques en los territorios controlados por el IS. Se han de tomar decisiones bajo el paraguas de la ONU y el apoyo de los grandes países como Rusia, EEUU o China. La primera guerra del golfo de George Busch padre, fue un ejemplo de despliegue diplomático. Se actuó sólo lo necesario para sacar a los iraquíes de Kuwait, sin violar la soberanía de Irak ni atacar Bagdad, pese a que la opinión pública lo pedía.

Salirse del paraguas de la ONU tiene riesgos importantes, y el siglo XX es fiel testigo de ello. También hay riesgos más sutiles. Cualquier ataque sin la aprobación de la ONU, puede tener represalias por parte del IS y ser aprovechadas como arma política. Es lo que ocurrió en el atentado del 11M en Madrid. La izquierda radical y no tan radical se tomó la justicia por su mano y dio un vuelco a las elecciones. Y sin embargo es un atentado  que aún está sin aclarar y carga con un montón de interrogantes: manipulación de pruebas, falsos testimonios, aportación posterior de pruebas manipuladas. La causa material se ha demostrado que no fue Goma 2-ECO sino Titadyn. La persona acusada Jamal no pudo materialmente poner las bombas en todos los trenes a la vez. Muchos despropósitos para que algunos se jacten de la autoría del “Pásalo” que produjo el vuelco electoral. No es baladí este riesgo.

En la película “Un Hombre para la Eternidad” el sentido jurídico y la importancia del respeto a la legalidad de Tomás Moro quedan reflejados con maestría cuando se manifiesta a favor de conceder al diablo el beneficio de la ley si hiciera falta. Roper, el yerno de tomas Moro, le exige que arreste a Richard Rich, un turbio personaje, que más tarde se convertirá, con perjurio, en su principal acusador.

“-Roper: Hazle arrestar / -Tomas Moro: ¿Por qué? / -Roper: Es peligroso.

-Margaret: Por libelo y espía. Padre ese hombre es malo / -Tomas Moro: No hay ley alguna contra eso / -Roper: Está la ley de Dios / -Tomas Moro: Que lo arreste Dios. Sería libre de irse aunque fuera el diablo en persona, hasta que violara la ley. / -Roper: Vaya con que daríais al Diablo el beneficio de la ley 7 -Tomas Moro: Sí ¿tú qué harías? Dar un rodeo alrededor de la ley para coger al diablo / -Roper: Sí. Me saltaría todas las leyes de Inglaterra para hacerlo. / -Tomas Moro: Ya y cuando te hubieras saltado la última ley y el diablo se volviera contra ti ¿dónde te esconderías, Roper, sin leyes de por medio? Este país está sembrado de guerras de costa a costa, leyes humanas, no divinas, si te las saltaras, y eres muy capaz de hacerlo Roper ¿crees  de veras que podrías resistir impasiblemente los vientos que se levantarían?  Sí. Yo concedería al Diablo el beneficio de la ley por mi propia seguridad
 

 

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