Un pueblo es, un pueblo es, un pueblo es
abrir una ventana en la mañana y respirar
La sonrisa del aire en cada esquina
Y trabajar y trabajar
Uniendo vida, vida
el ladrillo en la esperanza,
mirando al frente y sin volver la espalda. (De la canción Un Pueblo es, de Maria Ostiz, durante la Transición Española)
abrir una ventana en la mañana y respirar
La sonrisa del aire en cada esquina
Y trabajar y trabajar
Uniendo vida, vida
el ladrillo en la esperanza,
mirando al frente y sin volver la espalda. (De la canción Un Pueblo es, de Maria Ostiz, durante la Transición Española)
Algún político ha afirmado que mientras él esté en el gobierno no se
romperá España. Sin embargo lo que cimienta la unidad de un Pueblo no son las
personas sino los valores. Las personas, lo hacen ocasionalmente, cuando
transmiten valores verdaderos, pero son los valores los que unen. Los
contravalores dividen.
Nuestra
constitución está llena de valores, aunque muchos de ellos han sido denostados,
malinterpretados tergiversados, fraudulentados,… pero todavía están ahí. Son
estos valores los que han permitido la transición y la convivencia durante
estos años. En el momento en que se abra la Constitución y se empiecen a
introducir contravalores, entraremos en una Torre de Babel de la que
difícilmente saldremos, suponiendo que no estemos ya en ella.
Dudo mucho que
en el momento actual seamos capaces de tener un gobierno estable, y si no
recuperamos los valores, la convivencia se deteriorará drásticamente. El fuerte
dominará al débil. No se podrá salir a la calle o habrá que huir como en Irak.
Los valores
producen bien y felicidad, los contravalores producen frustración y
sufrimiento. Los contravalores no soportan los valores porque en el contraste
los contravalores se ven como lo que son, contravalores. El afán de los
contravalores es siempre eliminar los valores, hacerlos desaparecer y una vez
que hayan sido eliminados presentarse ellos como valores. Pueden conseguirlo,
pero no pueden dar amor y felicidad que es lo que necesita el ser humano.
Una sociedad en
la que los valores han sido eliminados es una sociedad que padece frustración,
que sufre, pero no sabe por qué sufre. No lo sabe porque los valores que le
permitirían ver y entender, han sido eliminados, ocultados, tapados,
denostados… y no hay contraste. Es lo que ya está pasando en España y en las
civilizaciones Occidentales. No sabemos la raíz de nuestros males. Hemos
destrozado la familia. Cuantas personas hay en edad de tener nietos que no
pueden disfrutar de la paz y la alegría que transmite un niño. No saben que les
falta esa alegría y necesitan la alegría de un Orfidal. Y a eso se le
llama Progreso y Estado del Bienestar. Del Bienestar y del Orfidal, añadiría
yo.
¿Me pregunto si
hemos superado a las sociedades Yihadistas en contravalores? Porque una tasa de
más de 120.000 abortos al año sin que ninguna ley se pregunte ¿cuándo empieza
la vida humana? y ¿qué valor tiene? son muchos contravalores.
Todo esto sin
contar con a) La píldora abortiva del día después, b) La investigación con
embriones -¿qué se estará haciendo en este campo? poderoso caballero es don
dinero- c) Los vientres de alquiler –en el PP de la asamblea de Madrid, Luis
Peral voto en contra, Regina Pañiol y David Pérez no votaron, Juan Segovia del
PSOE pidió que se diese voto libre, (recuerden sus nombres para votarles
siempre que puedan); d) Las leyes de protección a los transexuales que lejos de
dar solución a sus problemas los lanzan en una loca huida hacia adelante que
los mete en una espiral de frustración y sufrimiento; y para que nadie pare la
rueda, se invierte la carga de la prueba; y se arrastra a los niños, que ya
vienen afectados por la carencia de un referente, -normalmente el paterno- de
los dos referentes que necesitan para saber lo que son y comportarse como
tales. Hay muchos homosexuales que han dejado de serlo y van dando conferencias
y aportando soluciones paliativas con comportamientos heroicos, porque, como
hemos dicho, los contravalores no soportan los valores, porque en el contraste
se descubre lo que son.
Y en esta
sociedad que se desquicia por momentos, usted que me entiende, y yo, hemos de
poner nuestro grano de arena para construir valores y frenar el deterioro
legislativo, por que no son tiempos de paz los que corren.
Con una frase no se gana un pueblo
ni con un disfrazarse de poeta,
a un pueblo hay que ganarlo con respeto,
un pueblo es algo más que una maleta
perdida en la estación del tiempo,
esperando sin dueño a que amanezca
ni con un disfrazarse de poeta,
a un pueblo hay que ganarlo con respeto,
un pueblo es algo más que una maleta
perdida en la estación del tiempo,
esperando sin dueño a que amanezca
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