sábado, 19 de marzo de 2016

VIENTRES DE ALQUILER


A veces, algunas veces,
el cantor tiene razón.
No es solo su corazón
lo que sale por su boca,
son los ecos que el aire
ha dejado el labrador,
la mujer, el oprimido,
es el llanto del nacido,
los ecos de su canción
. (Canta, cigarra de Maria Ostiz)

Una mujer, conocida o no,  aporta un óvulo. Un hombre pone el esperma. Otra mujer presta su vientre y de ahí nace un niño cuya patria potestad es entregada a una pareja que conviven en ese momento bajo un contrato de matrimonio que se puede romper con la primera contrariedad. Personalmente no me gustaría ser ese niño. Luego le pediremos que defienda la patria en caso de se compliquen las cosas o que nos pague las pensiones cuando seamos ancianos.

No existe el derecho a tener un hijo, sino que existe el derecho a tener un padre y una madre y a conocer nuestros orígenes. Esta división de la familia entre los elementos físicos, psíquicos y éticos que la constituyen es siempre en detrimento de la familia y cosifica a las mujeres a las que se alquila su vientre, tratándolas de un modo utilitario que atenta contra su dignidad. Una nueva forma de prostitución.

Debemos ir acompañando a la sociedad en lo que la sociedad piensa”. Es el argumento utilizado por Cristina Cifuentes para obligar a los diputados del PP en la Asamblea de Madrid a votar a favor de regular la gestación subrogada. Con estas razones se podrían legalizar casi todos los crímenes que hay en la sociedad incluida la violencia de género. Quién rompiera la disciplina de voto tendría una multa de 300 euros y 600 si se perdía la votación. Hay que erradicar la lacra de la disciplina de voto en temas de derechos fundamentales. Afortunadamente la votación resultó contraria.

Doña Cristina debe entender que esto es un pozo sin fondo. Que cuando se traspasan unos límites se entra en una espiral de degeneración de valores que deterioran la convivencia. Si lo que la sociedad piensa se aleja de los valores que la convivencia requiere, lo que hay que hacer es regenerar la sociedad en valores.

Los jóvenes son la esperanza de un pueblo… son la riqueza más valiosa de una nación. Protegerlos, invertir en ellos y tenderles una mano es la mejor manera que tenemos para garantizarles un futuro digno en valores. Sin embargo los jóvenes son particularmente sensibles al vacío de significado y de valores que a menudo les rodea. Y lamentablemente pagan las consecuencias. Muchos convencidos por las campañas publicitarias de la industria con falsos slogans altruistas, donan sus gametos sin ser conscientes de las consecuencias: Concebirán hijos que nunca conocerán, a algunos se les matará, a otros se les dejará congelados, y los que lleguen a nacer no sabrán quiénes son sus padres hurtándoles deliberadamente el derecho a conocer sus orígenes. (Fuente: Papa Francisco).

El cuerpo tiene un significado de donación y los gametos  que determinan la transmisión de la vida hablan de la persona de la que proceden.  

También el personal sanitario puede ser presionado por la industria-mercado de la reproducción humana asistida, apelando a sus buenos sentimientos, sin evaluación y pertinentemente incentivado profesional y económicamente. Sin embargo nadie está obligado a hacer el mal ni a permanecer en el.

Hacer experimentos con los niños tiene consecuencias que la sociedad todavía no conoce. Igual que fuimos capaces de entender que había que frenar la carrera armamentística nuclear, hemos de entender que hay que frenar la investigación con la vida. Y esto también rige para la Asamblea de Madrid.
 

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