¿Cuándo empieza la Vida? Recuerdo que en el año 1980 escribí
una carta a La Vanguardia con este título y conseguí que me la publicaran. Todavía la guardo
en una caja en el pueblo. No ha cambiado mucho la argumentación, aunque ahora hay un elemento determinante del
que entonces no disponía.
Desde que el óvulo es fecundado, no hay ningún cambio
cualitativo hasta que el niño nace o hasta que va al colegio. Todos los cambios
son cuantitativos. Parece lógico que el alma se una al cuerpo cuando se produce
un cambio cualitativo y no cuando se producen cambios cuantitativos, como el
desarrollo de los pulmones, el corazón, etc. Y por el principio de prudencia,
que se aplica en todas las profesiones, y como
todos hemos sido embriones y óvulos fecundados –sin embargo no hemos sido
espermatozoides, ni óvulos a secas- no podemos eliminar ninguna vida humana
incipiente, sino que ante las dificultades de la vida, el estado, la sociedad, ha
de facilitar otras alternativas.
El elemento del que antes no disponía es el ADN. En la
opinión pública se ha extendido mucho más el conocimiento del ADN. El ADN del
óvulo fecundado es distinto del ADN del padre y de la madre y por tanto, como
mínimo, estamos ante un cuerpo distinto al de la madre. Y en este contexto,
repito, la prudencia se impone. Máxime cuando la policía utiliza el ADN como
elemento identificativo para distinguir una persona de otra, en sus
investigaciones.
Llegados a este punto no hace falta plantearse cuando tiene alma el
feto. El alma es de naturaleza espiritual e inmortal y ya fue definida así por
Aristóteles. Es un concepto filosófico. Todas las civilizaciones han venerado a
sus antepasados y por tanto han aceptado que el alma es espiritual e inmortal.
El comentario de Aído de que un “feto es un ser vivo pero no
humano” es un comentario que se hunde cuando decimos que ese feto vivo tiene un
ADN distinto al de su madre. Cabría preguntarse si usted que me lee y yo, somos
seres humanos o no, porque al igual que el feto, tenemos un ADN distinto del de
nuestra madre. Es verdad que vivimos fuera del cuerpo de nuestra madre, somos independientes,
conscientes, tenemos memoria,…etc. Pero si aplicamos estos criterios para
diferenciar un caso de otro, el aborto estaría permitido hasta el uso de razón
y un sujeto que duerme podría no ser un ser humano y susceptible de ser “abortado”.
Pero, aunque ricemos el rizo todo lo que queramos, la prudencia se impone.
Me hacen un comentario inteligente “el feto no tiene alma hasta el segundo o tercer mes, esa es mi
creencia. Como es cuestión de fe vamos a respetarnos” Ante todo hay que
decir que respeto a todo el mundo aunque –yo- pida leyes que impidan el aborto
y que se den otras alternativas distintas. He publicado en el blog un artículo
que se titula: “Una renta básica para
abolir el aborto” y estoy convencido de que es una
herramienta clave para abordar el problema de aborto junto con la derogación de
la ley Aído.
¿Cuándo tiene alma el feto? Estamos en el campo de la
filosofía y no de las creencias, y por lo que hemos dicho antes, la razón y el sentido común muestran que el alma
se une al cuerpo cuando hay un cambio cualitativo, es decir cuando el óvulo es
fecundado. Y si no estamos de acuerdo en esto, volvemos al primer punto que
dice: prudencia, porque todos hemos sido óvulos fecundados.
¿Qué dice el Catecismo de la Religión Católica? Pues que hay que respetar a toda vida
humana desde el momento de la concepción hasta la muerte natural.
¿Y entonces qué pasa con las personas que han abortado? ¿y
con los médicos abortistas? Pues que son las personas idóneas para acabar con
la lacra del aborto. El doctor Bernard Nathanson responsable de 500.000 abortos,
se convirtió y se hizo pro-vida. Hasta que murió fue un incansable defensor de
la vida en EEUU. El 26 de octubre de 2013 conseguí que me publicaran un
artículo en El Mundo Cantabria titulado “Un Lincoln para
abolir el aborto. Su introducción fraudulenta” Básicamente es “un
copia y pega” de los testimonios de Bernard Nathanson. Juan pablo II acogió a
estas personas con gran cariño. Hay testimonios en la red conmovedores.
En concluaión, que cambiar esta sociedad es trabajo de todos, y
¡se puede cambiar!. Es cuestión de dar alternativas. Con Rajoy hemos podido llegar al Punto de Inflexión pero se echó atrás por extrañas razones.
Esperemos que coja el toro por los cuernos, dé una patada a esas o "esos"
extrañas razones y cambie el rumbo de este barco. Todo tiene arreglo es esta
España nuestra, en esta vida nuestra, la corrupción, el aborto…etc. Esta es la
gran aportación del Cristianismo, la capacidad de perdonar y ser perdonados, y
dar un giro de 180 grados. En esta tarea hay sitio para todos. También para los
que llevan pesadas cargas en sus espaldas, en su conciencia. Y las cargas se
aligeran y se hacen llevaderas. Es cuestión de acudir a Dios y poner el GPS en
la dirección correcta. Rafael Ruiz
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