domingo, 31 de julio de 2016

CIENCIA FRENTE A IDEOLOGÍA



La afirmación del psiquiatra Joseph Nicolosi de que “la mente, el cuerpo y el espíritu deben trabajar juntos en armonía para que el hombre y la mujer estén a bien consigo mismo y maduren en su potencial como persona” es el punto crucial del problema de la atracción por el mismo sexo. La condición de hombre o mujer reflejada en la cadena de cromosomas ADN de cada una de las células de nuestro cuerpo que se refleja en la complementariedad física y fisiológica del hombre y la mujer deben estar en consonancia con el sentir de la mente y del espíritu; y las disfunciones que se produzcan serán siempre una fuente de frustración y sufrimiento: es el mensaje de este autor.

Este capítulo “Ciencia Frente a Ideología” del Libro “Alteridad Sexual” de Maria Calvo Charro que transcribimos a continuación, viene a dar soporte científico a esta afirmación

CIENCIA FRENTE A IDEOLOGÍA

“Décadas de investigación en neurociencia, en endocrinología genética, en psicología del desarrollo, demuestran que las diferencias entre los sexos, en sus aptitudes, formas de sentir, de trabajar, de reaccionar, no son solo el resultado de unos roles tradicionalmente atribuidos a hombre y mujeres, o de unos condicionamientos histórico-culturales, como pretenden hacer creer los ideólogos de género, sino que, en gran medida, vienen dadas por la naturaleza (www.brainsexmmatters.com)

Los más recientes avances en la tecnología de la imagen y en la investigación médica reconocen la existencia de diferencias sexuales en el cerebro que posteriormente ejercerán una innegable influencia en todas las facetas de la vida de la persona, según sea varón o mujer. Estos descubrimientos echan por tierra la base sobre la que se asienta toda la ideología de género: la inexistencia de diferencias entre los sexos debidas a la naturaleza o biología.

Los avances tecnológicos de las últimas décadas nos han permitido acceder a un mundo cerebral recóndito y hasta hace poco desconocido. La resonancia magnética (RM) es un método no invasivo y seguro que facilita la obtención en tiempo real de imágenes del cerebro en funcionamiento, gracias al cual los científicos han documentado una increíble colección de diferencias cerebrales estructurales, químicas, genéticas, hormonales y funcionales entre mujeres y varones. Los cerebros femenino y masculino, aunque porcentualmente iguales en inteligencia, son notablemente diferentes en estructura y funcionamiento

Los últimos descubrimientos de la neurociencia establecen una conexión incontrovertible entre cerebro, hormonas y comportamientos. El diformismo sexual existe ya desde el primer cuerpo unicelular humano, llamado cigoto (De Irala, 2008). Pero, según el doctor Hugo Liaño, Jefe del Servicio de neurología de la Clínica Puerta de Hierro, “es en la octava semana de gestación del feto cuando se originan diferencias cerebrales provocadas por la testosterona en los hombres y los estrógenos en las mujeres”. Estos esteroides se encargarían de dirigir la organización y el “cableado” del cerebro durante el período de desarrollo e influenciarían la estructura y la densidad neuronal de varias zonas (http://youtu.be/X-OL4G637HE)

Sandra Witleson, neurocientífica conocida por los estudios que realizó en la década de los noventa sobre el cerebro de Einstein, afirma con rotundidad: “El cerebro tiene sexo”. Hombres y mujeres salen del útero materno con algunas tendencias e inclinaciones innatas, no nacen como hojas en blanco en las que las experiencias de la infancia marcan la aparición de las personalidades femeninas y masculina, sino que, por el contrario, cada uno tiene ciertas dotes naturales


Es la naturaleza la que producirá dos sexos con aspectos diferentes, pero también con cualidades cognitivas diferentes basadas en un cerebro distinto, con una composición química, anatomía, riego sanguíneo y metabolismo muy distintos. Los propios sistemas que utilizamos para producir ideas y emociones, formar recuerdos, conceptualizar e interiorizar experiencias, resolver problemas, donde se ubican nuestras pasiones, percepciones, toda nuestra vida intelectual y emocional, son distintos (Kimura, 2005).

El psiquiatra Gianfrancesco Zuanazzi afirma que “la sexualización involucra a todo el organismo, de modo que el dimorfismo coimplica, de manera más o menos evidente, a todos los órganos y funciones. En particular este proceso afecta al sistema nervioso central, determinando diferencias estructurales y funcionales entre el cerebro masculino y el femenino”. Ambos cerebros son fundamentales variantes biológicas del cerebro humano” (Aparisi, 2006).

Lawrence Cahill, Doctor en Neurociencia y profesor del Departamento de Neurobiología de la Universidad de California (Irvine), considera que las investigaciones son concluyentes: los cerebros de hombres y mujeres son diferentes en algunos aspectos, tanto en su arquitectura como en su actividad. Lo cual no implica que haya que interpretar esas diferencias en términos de superioridad-inferioridad. Lo que sucede es que las estrategias para conseguir un rendimiento parecido difieren en las que siguen el hombre y la mujer.

Nuestros distintos sistemas cerebrales son en su mayoría compatibles y afines pero realizan y cumplen los mismos objetivos y tareas utilizando circuitos distintos. Los resultados de las investigaciones sugieren que determinadas regiones del cerebro no contribuyen por igual, ni del mismo modo, en los procesos cognitivos de ambos sexos. De la comparación esquemática de las funciones intelectuales de los cerebros humanos masculino y femenino viene a resultar que ninguno de los sexos es claramente superior al otro. A pesar de las diferentes capacidades de los hemisferios cerebrales del hombre y de la mujer, debe ser muy hábil el aprovechamiento que cada sexo hace de sus ventajas puesto que al final se obtienen cocientes intelectuales para adultos que carecen de diferencias estadísticas entre poblaciones y homogéneas de hombres y mujeres. No es más inteligente el hombre que la mujer ni esta que aquel; más bien sus cerebros se comportan como complementarios los unos de los otros.

Para la neuróloga María Gudín, “la persona humana es hombre o mujer, y lleva inscrita esa condición en todo su ser. Cada célula, órgano y función son sexuados. También nuestro psiquismo. Y esto va a afectar al comportamiento de cada ser humano” (Calvo, coord. 2008).

El catedrático en fisiología Francisco José Rubia, Director del Instituto Pluridisciplinar de la Universidad Complutense, afirma que cada vez resulta más evidente que las hormonas, distintas en el hombre y en la mujer, al interaccionar con receptores que existen para ellas en el cerebro, son las causantes de las diferenciasla naturaleza produce dos sexos con cualidades cognitivas diferentes. Cuando se nace con un cerebro –masculino o femenino-, ni la terapia hormonal ni la cirugía ni la educción pueden cambiar la identidad del sexo” (Calvo, coord. 2008)

En la misma línea, los doctores Richard Fiztgibbons, Phillip Sutton y Dale O’Leary consideran que el sexo biológico no puede cambiarse, y rechazan el concepto de “identidad de género” o la idea de que el género, como construcción social o percepción personal, sea distinto del sexo biológico de cada cual. En su artículo “la psicopatología de la cirugía de reasignación de sexo”, publicado en the National Catholic Bioethics Quarterly (2009), cuestionan las implicaciones médicas y éticas de la práctica de cirugías de cambio de sexo. Los autores abordan este asunto desde la perspectiva médico-biológica según la cual el género humano es una cuestión de composición genética, y explican que la “identidad sexual está escrita en cada célula del cuerpo y puede determinarse mediante exámenes de ADN. No puede ser modificada.

La cantidad de evidencia acumulada durante décadas en laboratorios independientes nos lleva a creer que sí existen unas diferencias esenciales que tienen que ser tratadas. La idea antigua de que esas diferencias son de origen cultural es en la actualidad demasiado simplista (Baron-cohen, 2005)

De manera que mantener que el hombre y la mujer son los mismos en aptitudes, habilidades o conductas, considerar que son intercambiables o fungibles, es construir una sociedad basada en una mentira biológica y científica. Como afirma Louann Brizendine, neuropsiquiatra de la Universidad de Columbia: “No existe un cerebro unisex. Si en nombre de la corrección política intentamos refutar la influencia de la biología en el cerebro, empezaremos a combatir nuestra propia naturaleza” (Brizendine, 2007).

Nacemos pues, con un cerebro sexualizado que determinará una personalidad masculina o femenina, teniendo cada una de ellas, como promedio, una serie de rasgos característicos y específicos, que marcarán nuestra forma de sentir, amar, sufrir, aprender y, en definitiva, de vivir. Estas variaciones estructurales y funcionales básicas de los cerebros constituyen el fundamento de muchas diferencias cotidianas en el comportamiento y experiencias vitales de hombres y mujeres.

La evidencia acumulada durante décadas en laboratorios independientes nos muestra cómo la igualdad radical parece haber agotado lo mejor de sí misma. Hoy la idea, nacida con Simone de Beauvoir, de que las diferencias son de origen cultural ya ha sido desmontada y está anticuada. Hora hay que dar cauce a las diferencias, justamente para erradicar en lo posible la exclusión o las marginaciones y lograr así una auténtica igualdad de oportunidades.

Sin embargo, a pesar de las evidencias científicas, la realidad es que, como señala Helen Fisher, “estamos viviendo una época, tal vez la única en toda la historia de la evolución humana, en la que un gran número de personas, especialmente los intelectuales y la academia, están convencidos de que ambos sexos son prácticamente iguales. Prefieren ignorar la creciente bibliografía que demuestra científicamente la existencia de diferencias genéticas heredadas y mantienen en su lugar que hombres y mujeres nacen como hojas en blanco, en las que las experiencias de la infancia marcan la aparición de las personalidades masculinas o femenina” (Fisher, 2001, p.520)

Bajo la presión de la imperante ideología de género, nos encontramos con la experiencia de que los argumentos racionales y científicos no son escuchados por aquellos que han escogido la negación. Los filósofos de la deconstrucción niegan el valor de las ciencias empíricas. La revolución del gender es, ante todo, no una simple “teoría”, sino un proceso de negación de todo lo que es real, verdadero y bueno para el hombre, y un compromiso personal y cultural dentro de esta negación Estamos en una posmodernidad irracional, que proclama el “fin de la filosofía” (Peeters, 2012), (http://www.outono.net/elentir/2013/03/03/un-interesante-documental-que-echa-por-tierra-los-dogmas-de-la-ideología-de-género/)

En fin, que podríamos concluir con Cervantes en boca de Don Quijote Rematado ya su juicio, vino a dar en el más extraño pensamiento que jamás dio loco en el mundo, y fue que le pareció convenible y necesario, así para el aumento de su honra, como para el servicio de su república, hacerse caballero andante, e irse por todo el mundo con sus armas y caballo a buscar las aventuras, y a ejercitarse en todo aquello que él había leído, que los caballeros andantes se ejercitaban, deshaciendo todo género de agravio, y poniéndose en ocasiones y peligros, donde acabándolos, cobrase eterno nombre y fama.
 

sábado, 30 de julio de 2016

EL PROBLEMA DE LAS FRONTERAS



La Unión de los Pueblos para construir un Estado, Unión de Estados o, en general, una Comunidad Mayor, no sólo es un enriquecimiento para todos, sino que además soluciona muchos problemas como el de las fronteras. Y para que esto sea posible hay algunos requisitos necesarios como el respeto a la cultura, la identidad y los valores de cada pueblo. Esta Unión de los Pueblos, y las Naciones se ha de construir sobre el Bien Común y la Subsidiariedad de las Instituciones Mayores sobre las Menores.

La Organización de las Naciones Unidas con su Declaración Universal de los Derechos Humanos hizo una gran aportación al Bien Común de toda la humanidad después de la devastadora guerra mundial. El inicio de la Unión Europea fue también otro paso hacia adelante, no sólo para prevenir conflictos, sino también para alcanzar mayores cuotas de prosperidad.

El afán de poder y la propagación de ideologías han hecho que muchos grupos de presión y sociedades secretas hayan visto en el control de la ONU y la Unión Europea una golosa herramienta para propagarse, ignorando los medios legítimos como el uso de la palabra, la persuasión, el ejemplo y el respeto a la libertad. En concreto el Aborto y la Ideología de Género, vistos inicialmente como una herramienta para afrontar los supuestos problemas de superpoblación, se extienden hoy día de forma coactiva desde la ONU y la Comisión Europea como una herramienta de opresión. Esta realidad tiene mucho que ver con el desencanto en la Unión y el Brexit de Inglaterra.

Si los beneficios de la Unión no son tales, los costes se convierten en algo inaceptable, entre ellos la pérdida de soberanía. Que el Reino Unido quisiera en su día, mantener la Libra y no formar parte del euro, en estos momentos puede verse como una decisión acertada. Que España no lo vea así con la peseta, es comprensible, pero hay que hacer notar que la explosión de la burbuja Inmobiliaria que tanto daño ha hecho, es fruto, entre otros, de una mala configuración del Euro. Que el Reino Unido quiera hacer un Brexit puede no verse ya con tanto acierto, porque ha cogido de sorpresa a todos sus actores. Parecía una maniobra del Primer Ministro David Camerón para fortalecerse políticamente; y se esperaba que la jugada le saldría bien, como el Referendum de Escocia. Muchos errores se han visto en este Referendum de Cameron; quizá el más importante es que no se haya previsto que una decisión de este calibre debe tomarse con algo más que una exigua mayoría simple. La confusión que se ha generado es importante, sin embargo este hecho, de entrada, favorece a España porque desmonta al independentismo catalán.

Pero aun así, cuando las ventajas de la Unión Europea han quedado diluidas por su utilización ideológica, comprendo que haya muchos británicos que prefieran el Brexit porque en el momento actual, el mayor problema que se resuelve con la Unión Europea es el de las fronteras; fronteras que tantas guerras han propiciado a lo largo de la historia. Fronteras artificiales que pueden ser movidas arbitrariamente. Sin embargo las fronteras del Reino Unido son naturales y la Unión Europea más bien le crea un problema al Reino Unido. La libre circulación de personas puede implicar que los refugiados se acaben concentrando en los países más desarrollados, como Alemania e Inglaterra sin que ellos puedan evitarlo porque son  competencias cedidas.

Al Reino Unido le interesa el Mercado Único Europeo pero no le interesa, ni la moneda única ni la libre circulación de personas, que supone abrir las puertas de forma descontrolada a los refugiados. Esto tampoco implica que el Reino Unido rechace la solidaridad con los refugiados, sino simplemente que no quiere que este tema, que puede controlar fácilmente, lo decidan en el continente.

En España nos enfrentamos al independentismo catalán desde hace ya algunos años, pero no somos muy conscientes de que con una supuesta independencia de Cataluña, el primer problema que aparecerá será el de las fronteras.

Los valores unen, los contravalores dividen. No se construye un Estado ni una Unión Europea sobre contravalores. La corrupción económica no es la corrupción más corrosiva. El aborto y la ideología de género introducidos en el derecho, torrente circulatorio de la sociedad, no sólo corrompen, sino que destruyen la convivencia y descomponen los Estados.

Y el primer valor que hay volver a recomponer es la existencia de Dios. Vivir como si Dios no existiera, cuando no sabemos dónde estaremos cada uno de nosotros dentro de cien años, tiene poco de racional y mucho de estupidez. Como decía Cervantes en boca de Don Quijote Primeramente, ¡oh hijo!, has de temer a Dios, porque en el temerle está la sabiduría, y siendo sabio no podrás errar en nada. (…) Lo segundo, has de poner los ojos en quien eres, procurando conocerte a ti mismo, que es el más difícil conocimiento que puede imaginarse. Del conocerte saldrá el no hincharte como la rana que quiso igualarse con el buey, que si esto haces, vendrá a ser feos pies de la rueda de tu locura la consideración de haber guardado puercos en tu tierra”.
 

viernes, 29 de julio de 2016

CUANDO LA CONFUSIÓN SE INSCRIBE EN LA LEY II





Como comentábamos en la primera parte, los escritos de Maria Calvo Charro son como el marisco gallego, del que afirman los buenos cocineros que no hay que hacerle nada; lo importante es acertar en el tiempo de cocción y en el punto de sal.

Con esta idea transcribí la primera parte y transcribo ahora a continuación, la segunda parte del “capítulo 1.6 Cuando la confusión se inscribe en la Ley” de su libro “Alteridad Sexual”. Razones frente a la ideología de Género”. Y lo hago de forma literal.

Mi contribución es el tiempo de cocción y el punto de sal. El tiempo de cocción porque en la coyuntura actual, este capítulo “Cuando la confusión se inscribe en la Ley” es de rabiosa actualidad, dadas las dos leyes de Ideología de Género Dura que nos han impuesto en la Asamblea de Madrid en lo que va de año, a lo que se añade lo acaecido en Murcia y previsiblemente en Valencia. Me preguntaba si ¿Les quedará alguna otra ley de Ideología de Géero a Cifuentes y Aguado? Y el punto de Sal son estas palabras que intentan captar la atención del lector.

Como ya indiqué no hay duda que el tema es de rabiosa actualidad, y hará falta una movilización ciudadana para que la Ideología de Género no se lleve la Constitución. Rajoy, al que solo parece preocuparle la economía y la unidad de España, dudo que haga algo para impedirlo. Y si la Ideología de Género se lleva a la Constitución, la Unidad de España se romperá, simplemente porque sólo los valores unen, mientras que los contravalores dividen.

En la primera parte, María Calvo da un repaso al contenido de género del cuerpo legislativo Español, su impacto sobre la familia y las conclusiones en forma de Hoja de Ruta de Implantación de Ideología de Género del Congreso Género, Constitución y Estatutos de Autonomía INAP 4 Y 5 de Abril de 2005 aclarando el interés social del Matrimonio entre un hombre y una mujer, y el nulo interés de una unión como las homosexuales que no aporta nuevos ciudadanos en la sociedad.

CUANDO LA CONFUSIÓN SE INSCRIBE EN LA LEY

La familia formada por padre y madre no es igual, y por lo tanto no puede regularse por la Ley como si así fuera, a otras relaciones o situaciones: madres solteras, parejas homosexuales, sencillamente porque sus consecuencias y efectos, en la psicología de los sujetos (especialmente de los hijos) y de la sociedad, no son los mismos. Las dos figuras, paterna y materna, son esenciales, indispensables, para el equilibrado desarrollo de la personalidad y para una correcta socialización. Si falta la alteridad sexual, al niño le faltará lo más esencial para su correcto desarrollo psíquico y sus consecuencias estamos solo comenzando a percibirlas. El crecimiento correcto de un hijo solo es posible en la alteridad sexual.

Estamos presenciando la existencia de una “bulimia” de legislar a propósito del más mínimo problema de la sociedad, sin analizarlo, sin confrontarlo con la historia de la sociedad y de las mentalidades y sobre todo con una concepción antropológica.

El Derecho se ha convertido en un mero reproductor de las pautas éticas planteadas desde Naciones Unidas, erigida en la nueva autoridad moral de la globalización. La consecuencia es la desprotección de la persona como hombre y como mujer, con sus específicas características, inquietudes, prioridades, necesidades y exigencias vitales.

Las leyes que favorecen lo indiferenciado destruyen la base antropológica sobre la que se asienta nuestra sociedad. Se ha perdido la idea de una “verdad” sobre el hombre, cuya psicología se muestra fragmentada e impulsiva, carente de todo vínculo social. En esta situación nos vemos obligados a defendernos frente a la propia ley que ha perdido su dimensión universal y que confunde la verdad objetiva con la verdad individual y subjetiva.

En este tipo de leyes, al relativismo moral se une un radical positivismo jurídico, pues, a pesar de ser claramente perjudiciales para el desarrollo integral de la persona, al atentar contra su propia esencia, se consideran justas por el mero hecho de haber sido aprobadas por el Estado. En definitiva, lo importante, como dijera Luhmann, es la funcionalidad de la norma y no la rectitud de sus contenidos.

Cuando desde el poder público se siguen tomando las decisiones sin buscar coherencia alguna con los fundamentos antropológicos del sentido del hombre que se han construido a lo largo de los siglos, el Estado pierde su función primigenia y deja de ser el garante del bien común. Cuando el Estado desprecia aquellos valores que se apoyan sobre fundamentos antropológicos, se convierte simplemente en el gestor de reivindicaciones y tendencias dispersa, expresadas por grupos de presión o individuos (vemos actualmente la fuerza inmensa de los lobbies de homosexuales; feministas radicales y abortistas) perdiendo de este modo su credibilidad. En estas circunstancias, el derecho pierde la capacidad progresivamente de definir la familia cuyo concepto queda en manos del criterio subjetivo de cada uno, incluyendo, por qué no, la poligamia. La familia, de sujeto jurídico de por sí, se convierte ahora necesariamente en objeto, al cual se tiene derecho y que, como objeto de un derecho, se puede adquirir:

El Estado no puede erigirse en poseedor del sentido último. No puede imponer una ideología global ni una religión (tampoco laica) ni un pensamiento único. Y el Derecho no puede ignorar las verdades antropológicas y científicas elementales (sobre la alteridad sexual). “No respetar la lógica da lugar a enunciados insostenibles (ex falso sequitur quodlibet); construir conceptos normativos de espaldas a la ciencia da pie a enunciados disfuncionales y anacrónicos” (Sánchez-Ostiz, 2009). Los datos de la biología deberían ser para el jurista un referente o límite, puesto que delimitan un marco dentro del cual es razonable emitir un juicio o tomar una decisión normativa.

Estos cambios legislativos redefinen las evidencias antropológicas con el objetivo de cambiar la sociedad, nuestra cultura, más aún, nuestra civilización. Estas leyes ignoran las verdades universales y plantean problemas antropológicos, morales y simbólicos. Se ha perdido el sentido de la ley incapaz de interpretar los comportamientos y acontecimientos. La confusión se inscribe en la Ley al regular situaciones sin medir las consecuencias sobre el individuo y el entero cuerpo social, sin confrontarlo con la historia de la sociedad y de las mentalidades y, sobre todo, con una concepción antropológica del ser humano.

La ley no debería tener en cuenta las particularidades sexuales de cada uno. Sin embargo, al hacerlo, favorece la desestructuración de la sociedad al desconocer sus fundamentos, al haber perdido los puntos de referencia esenciales, afectando a sus raíces antropológicas. Lo legal no puede ser el producto de intrigas subjetivas o de deseos y reivindicaciones individuales que además entran en directa contradicción con el bien de la sociedad. Esta clase de ley corre el riesgo de promover un monstruo jurídico que añadirá incoherencia a la situación actual y traducirá en términos jurídicos problemas afectivo-sexuales. Este tipo de ley participa en la fragmentación de la sociedad y da estatuto legal a las tendencias parciales de la sexualidad humana. Así la ley se convierte en un instrumento narcisista. Estamos ante la negación misma del Derecho considerado como organizador del vínculo social y favorecedor de la relación a partir de las realidades objetivas y universales. En palabras de Anatrella, “el derecho se convierte en la norma de la no-norma puesto que la sociedad sería conminada  por el individuo a no reconocer más que sus reivindicaciones singulares extraídas de sus tendencias (Anatrella, 2008).

Es urgente devolver al Derecho y a la sociedad los fundamentos antropológicos extirpados; necesitamos recobrar los puntos esenciales de referencia, empezando por la alteridad sexual, para “rehumanizar” el ordenamiento jurídico y devolver a la persona humana –hombre y mujer- al centro de gravedad de la tarea legislativa como le corresponde, acabando con el relativismo jurídico que, paralelo al relativismo moral, impregna la regulación de los últimos años.
 
 

jueves, 28 de julio de 2016

CUANDO LA CONFUSIÓN SE INSCRIBE EN LA LEY


De los escritos de Maria Calvo podemos decir que son como el marisco gallego.  Afirman los buenos cocineros que no hay que hacerle nada. Lo importante es acertar en el tiempo de cocción y en el punto de sal. Y con esta idea de fondo transcribo a continuación el “capítulo 1.6 Cuando la confusión se inscribe en la Ley” de su libro “Alteridad Sexual”. Razones frente a la ideología de Género”. Y lo hago de forma literal.

Mi contribución es el tiempo de cocción y el punto de sal. El tiempo de cocción porque en la coyuntura actual este capítulo “Cuando la confusión se inscribe en la Ley” es de rabiosa actualidad, dadas las dos leyes de Ideología de Género Dura que nos han impuesto en la Asamblea de Madrid en lo que va de año a lo que se añade lo acaecido en Murcia y previsiblemente en Valencia. ¿Les quedará alguna otra a Cifuentes y Aguado?

Y el punto de Sal son estas palabras con las que intento captar la atención del lector.

No les quepa duda que el tema es de rabiosa actualidad, y si no hay una movilización ciudadana, la Ideología de Género se intentará llevar a la Constitución; y dudo que Rajoy, al que solo parece preocuparle la economía y la unidad de España, haga algo para impedirlo. Y si la Ideología de Género se lleva a la Constitución Rajoy no será capaz de mantener la Unidad de España, simplemente porque sólo los valores unen mientras que los contravalores dividen.

CUANDO LA CONFUSIÓN SE INSCRIBE EN LA LEY

Los ideólogos de género y, en especial, las feministas radicales reclaman no ya solo la igualdad ante la Ley, sino, además, la igualdad de funciones (demanda que tiene su origen en el feminismo igualitarista de Simone de Beauvoir) y, lo que es más, la igualdad biológica, algo que queda absolutamente fuera del Derecho. Ningún ordenamiento jurídico puede reconocer que hombres y mujeres son iguales biológicamente, pues es simplemente una imposibilidad fáctica, como los más reciente estudios científicos han venido a reconocer. Reclaman, por ejemplo, excluir a la mujer de la experiencia del embarazo y del parto, sustituyéndola por otras técnicas, así como separar radicalmente el dar a luz de la crianza, manteniendo así la validez de la crianza por homosexuales, gays y lesbianas.

En España, leyes como: la LO 1/2004 de 28 de diciembre de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género; Ley 13/2005 de 1 de julio por la que se modifica el Código Civil en materia de Derecho a contraer matrimonio; LO 3/2007 de 3 de marzo para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres; Ley 3/2007 de 15 de marzo, reguladora de la Rectificación de la Mención Registral del Sexo;  LO 2/2010 de 3 de marzo, de Salud Sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo o la LO 2/2006 de 3 de mayo, de Educación, son fieles transmisoras de la indiferenciación sexual, del relativismo y del individualismo narcisista.

En ellas, se cuestiona la familia debido a su índole natural bi-parental y el matrimonio, como institución natural, configurada por un hombre y una mujer, pierde su sentido. En su lugar, se propugna la validez de todas las orientaciones sexuales posibles, de todas las formas de unión y, finalmente, de todas las formas de reproducción. Pero al ser las relaciones homosexuales radicalmente estériles es necesario propiciar legalmente también la adopción de niños por aquellos y generalizar las técnicas de producción artificial de seres humanos. La ideología de género se presenta en nuestro ordenamiento jurídico como la forma de liberar a las mujeres de los roles impuestos en el ámbito biológico que las oprimen u esclavizan.

En el desarrollo de estas leyes, la Administración pública llevó a cabo diversas medidas administrativas de cara a implantar en la práctica la ideología de género. Destacan en este sentido, las Conclusiones del congreso internacional “género, Constitución y Estatutos de autonomía”, INAP, 4 y 5 abril de 2005 con la finalidad de reflexionar sobre la inclusión de los derechos de las mujeres en los textos que regulan los derechos de la ciudadanía: Constitución y Estatutos de Autonomía. Las conclusiones que se leyeron en la clausura fueron: 1) Los poderes públicos han de integrar la dimensión de género en la elaboración, ejecución y seguimiento de todas las políticas autonómicas y crear unidades de género en todas las áreas de la Administración Pública. 2) La perspectiva de género ha de estar presente en la determinación del contenido material de todas las competencias y todas las normas legales y reglamentarias de las Comunidades Autónomas deberán incorporar, en el marco del procedimiento de su elaboración, una evaluación del impacto de género que pueda producir su adopción. 3) Con el fin de garantizar la realización efectiva de la igualdad de género los presupuestos de la Comunidad incluirán anualmente las adecuadas asignaciones presupuestarias. Además en los Estatutos de Autonomía, en el marco de las competencias de cada Comunidad, se tendrán que incluir materias tales como la perspectiva de género en todos los itinerarios educativos y en la investigación. También se apuntó la necesidad de consensuar un nuevo pacto (al igual que se hizo en los Pactos de la Moncloa y de Toledo) para integrar, en este caso, la perspectiva de género en los ordenamientos jurídicos tanto Constitucional como de las Comunidades Autónomas.

El matrimonio se basa en la diferencia de sexos, en la procreación compartida entre un hombre y una mujer y en la filiación que se deriva y se funda en el padre y la madre. El amor de la pareja solo es posible en la disimetría. Estos dos papeles no son iguales ni intercambiables. La regulación por Ley de la relación homosexual plantea problemas antropológicos, morales y simbólicos. Como señala Anatrella: “si todas las uniones valen lo mismo y todas las asociaciones tienen el mismo valor, el Estado ya no es el garante de la institución matrimonial”.

La Ley española está otorgando un marco jurídico a una relación que no tiene la misma naturaleza, ni fundamentos, ni finalidad que la relación hombre y mujer en el matrimonio, pues esta se basa en una alianza que constituye el fundamento del vínculo social, con una dimensión universal a partir de la cual la sociedad puede organizarse y desarrollarse. Reconocer derechos a la unión de homosexuales es reconocer derechos a una unión que carece de “Valor social”, que niega la diferencia de sexos y, por lo tanto, niega la procreación. De este modo sus consecuencias sociales no son las mismas que las que genera el matrimonio. Cada uno es libre de vivir como desee pero no se puede confundir la cuestión individual de la homosexualidad con la cuestión social. Una cosa es respetar y aceptar a las personas que viven así y otra muy distinta, inscribir eso en el derecho.

En la segunda parte se expone la falta de legitimidad del Estado o las Comunidades Autónomas para regular las situaciones de género, la confusión que se introduce en el cuerpo legislativo y la necesidad de devolver al Derecho y a la sociedad los fundamentos antropológicos que la constituyen.
 





domingo, 3 de julio de 2016

MIEDO EN EL CUERPO


Si una característica ha tenido el Orgullo Gay en Madrid ha sido el amedrentamiento de la población. Toda una ciudad asiste indefensa a unos actos en los que se mezcla el desenfreno y la burla de los valores de un pueblo, muchos de ellos recogidos en la Constitución. La prostitución en la calle, en sus múltiples y variadas formas. Unos actos que poco tienen de interés nacional y mucho de ideología promovida y financiada por esferas internacionales que no se preocupa precisamente del bien común. Las mismas esferas que promueven el aborto en el mundo como método anticonceptivo.

Las personas que padecen atracción por el mismo sexo son personas que sufren, y sufren porque tienen una profunda contradicción interior; y este dolor, este sufrimiento es fácilmente polarizable hacia la sociedad, hacia el que opina distinto, hacia el que habla de terapias de curación, -que existen y son eficaces-. El miedo se mete en el cuerpo del ciudadano, y en mayor grado, el miedo se mete también en el cuerpo de la clase política dirigente, que muchas veces no tienen argumentos para decir no, a algo que no cuadra, que no acaba de ver claro, pero que es una ola que arrastra. Así nos encontramos con políticos que hablan de regeneración y sin embargo se meten de lleno en esta celebración que desarma en valores a toda una ciudad y a toda España. Hay que ir contracorriente pero siempre tendremos a favor el viento de la naturaleza de las cosas, de los valores, del bien y de la verdad.

Los valores producen bien y felicidad, los contravalores producen frustración y sufrimiento. Los contravalores no soportan los valores porque en el contraste los contravalores se ven como lo que son, contravalores. El afán de los contravalores es siempre eliminar los valores, hacerlos desaparecer y una vez que hayan sido eliminados presentarse ellos como valores. Pueden conseguirlo, pero no pueden dar amor y felicidad que es lo que necesita el ser humano.

Una sociedad en la que los valores han sido eliminados es una sociedad que padece frustración, que sufre, pero no sabe por qué sufre. No lo sabe porque los valores que le permitirían ver y entender, han sido eliminados, ocultados, tapados, denostados… y no hay contraste. No sabemos la raíz de nuestros males. Y sin la cultura del esfuerzo no recuperaremos la capacidad de identificar los valores.

¿Qué creen ustedes que pasaría si se hiciera un Referendum y se preguntara a los madrileños, a todos los empadronados en Madrid, si quieren que Madrid acoja la celebración del Orgullo Gay? La naturaleza de los valores y contravalores no se configura por mayorías ni por Referendum, pero a veces los Referendum nos pueden permitir  salir del pozo. En cualquier ciudad en la que se plantee acoger un acto de este tipo con una carga ideológica tan fuerte debe preguntarse a sus ciudadanos.

Señora Cifuentes, Señora Carmena, si tuvieran el coraje suficiente para organizar un Referendum  que permitiera cerrar las puertas a esta barbarie, habrían dado los primeros pasos para ser gobernantes de Estado. En una democracia no es la calle la que toma decisiones ni impone ideologías.

viernes, 1 de julio de 2016

DERECHO A TENER UN PADRE Y UNA MADRE




 




Los niños tienen derecho a tener un padre y una madre y no existe el derecho a tener un hijo. Esta afirmación es fácil de entender cuando no hay prejuicios ni intereses particulares. Sin embargo cuando alguien no quiere entender e intentamos demostrar lo evidente nos podemos encontrar con serias dificultades.

Cuando leí el testimonio de Benoit Talleu en el enlace:

“¡No somos su derecho!”: el grito de los niños adoptados que ignora el Orgullo Gay http://www.actuall.com/familia/no-somos-su-derecho-el-grito-de-los-ninos-adoptados-que-ignora-el-lobby-gay/

encontré la respuesta que necesitaba: “Debemos decirlo claro, un huérfano necesita un papá y una mamá. En cambio, la pareja quiere un niño, y entre “necesitar” y “querer”, hay mucha diferencia”. Y Ahí está la demostración de lo evidente. El niño necesita un padre y una madre, pero la pareja quiere un hijo. La diferencia entre necesitar y querer es la demostración de lo evidente. A veces necesitamos demostrar lo evidente, para que, en esta guerra de argumentos en la que vivimos, la falsedad no prevalezca sobre la verdad, ni el mal sobre el bien.

Vivimos en un mundo desquiciado, que se desquicia cada día más; y que no entiende el origen de sus males. Muchos niños mueren abortados y aquellos a los que se permite vivir se les somete a experimentos de género. Se les cambia su hábitat natural y se espera que su psicología no se resienta. Y cuando se resiente se dice que son otros modos de ser y de comportarse y se olvida, o simplemente no interesa tener en cuenta, que los contravalores, el mal, produce frustración y sufrimiento.

El documental “Nómadas del Viento”, una maravilla de colorido y naturaleza, muestra los vuelos migratorios de las aves y ha sido elaborado gracias a experimentos de incubación artificial que, afectando la sicología de las aves, permite que las cámaras se integren en sus vuelos como un ave más o como el ave dominante.

En youtube se puede ver un video de un toro de miura que se comporta como una mascota; permite que unas cabras se le suban encima y hace carantoñas con su cuidador. Se supone que ese toro ha sido criado, alimentado y cuidado como si fuera un bebé. Cuando veía el video me venía a la memoria la frase de “Le acepto el pulpo como animal de compañía, pero el toro como mascota me lo tengo que pensar”.

En la película “Volando a casa” de Carroll Ballard, Amy vuela hacia el Sur en un ultraligero y muestra a unos gansos, que vuelan tras ella,  el camino para su migración anual. La película se rueda sobre hechos reales que muestran cómo los gansos identifican a Amy con su madre y la siguen a todas partes porque Amy incubó artificialmente los huevos de ganso y al nacer los gansos, Amy es el primer ser vivo con el que han contactado de una forma amable y protectora.

Pero Amy necesita mostrar a los gansos algo que aprenden de su madre: el camino para su migración anual.

Cuando alteramos la naturaleza y la psicología de los seres vivos, difícilmente vamos a ser capaces de cubrir todas las necesidades de estos y transmitirles aquello que aprenden de sus progenitores de manera natural. Corremos el riesgo de convertirlos en pájaros de jaula, o perros de piso.

Frustración y sufrimiento es el resultado final de los experimentos de género con personas. Poner a un niño dos padres o dos madres es impedirle que sepa lo que significa ser varón o ser mujer. Es destrozar su sicología. Es una CANALLADA que CLAMA JUSTICIA. En la cadena de cromosomas de cada célula de nuestro organismo estamos identificados como varón o mujer y no existe el “gen gay”. Se puede decir más fuerte pero no más claro. Hace dos mil años se dijo también que “al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí más le valdría que le colgasen a cuello una piedra de molino, de las que mueve un asno, y lo hundieran en el fondo del mar”. Que nadie piense que los experimentos de género escapan de esta afirmación.

La sociedad –usted y yo- y la clase gobernante no pueden permanecer pasivos mirando a ver hasta dónde se puede llegar. Por ahora son los más débiles los que sufren en silencio y puede dar una sensación de que no está pasando nada, pero la experiencia del siglo XX está latente. Es urgente abrir las puertas a las terapias de curación de la atracción por el mismo sexo, y a la investigación científica, y frenar esta loca huida hacia adelante. El gobierno tiene la grave responsabilidad de derogar la Ley del Aborto y de la Ideología de Género, de Zapatero y regenerar en Valores a la Sociedad. Esta es la Regeneración que la sociedad necesita, señor Rivera, y en el momento en que su concepto de Regeneración sea correcto, sus votos se multiplicarán porque los valores atraen y los contravalores repelen, pero para ello hace falta entender y mostrar los valores con claridad.

Muchas más cosas incuestionables dice Benoit Talleu que el lector no puede dejar de leer y que encontrará en el enlace anterior.