sábado, 22 de agosto de 2015

EL DEMONIO TAMBIÉN EXISTE




En lo que se refiere a los diablos, la raza humana puede caer en dos errores iguales y de signo opuesto. Uno consiste en no creer en su existencia. El otro, en creer en los diablos y sentir por ellos un interés excesivo y malsano. Los diablos se sienten igualmente halagados por ambos errores, y acogen con idéntico entusiasmo a un materialista que a un hechicero….Se aconseja a los lectores que recuerden que el diablo es un mentiroso”.

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El demonio también existe. Así lo recordó, el obispo D. Carlos Osoro en la contra del Mundo Cantabria el pasado domingo 16 de agosto: “claro que existe el demonio y tiene rostros”, y así nos lo recuerda CS Lewis, autor de las “Crónicas de Narnia”, en su libro “Cartas del Diablo a su sobrino”. En el prólogo, Lewis advierte que “En lo que se refiere a los diablos, la raza humana puede caer en dos errores iguales y de signo opuesto. Uno consiste en no creer en su existencia. El otro, en creer en los diablos y sentir por ellos un interés excesivo y malsano. Los diablos se sienten igualmente halagados por ambos errores, y acogen con idéntico entusiasmo a un materialista que a un hechicero….Se aconseja a los lectores que recuerden que el diablo es un mentiroso”. La obra se publicó por primera vez en el Manchester Guardian en 1941. Recogen la correspondencia entre demonios: uno ya anciano y retirado, y otro joven en su primera misión con un “paciente”. “Las Cartas” –dice el propio Lewis- tuvieron una acogida como nunca hubiera soñado. “Cartas del diablo a su sobrino” es un “pata negra” de la literatura anglosajona. La profundidad de los contenidos, su enfoque práctico y el fino sentido del humor del autor permiten aprender, reflexionar y sacar conclusiones prácticas.

Maurice Caillet lo afirma también, en su libro Yo fui Masón y en una entrevista realizada el 20 de febrero de 2013 por la Radio Internet Cultura cattolica. Ante la pregunta de si el demonio está presente en la masonería, Caillet afirma “Si, lo está. Yo mismo sentí esa presencia”. Caillet afirma que “la masonería no existiría sin misticismo, es una forma de esoterismo. Y sus rituales tienen que ver con la magia, con la invocación a las fuerzas oscuras, a partir de la iniciación. (…) En los bajos niveles, en especial los tres primeros grados no hay ni la más mínima idea de lo que está sucediendo en los altos grados (…) aquellos que pertenecen a los grados inferiores, no son más que instrumentos para sus superiores.  (…) Yo alcancé hasta el grado 18. Conozco que desde el grado 30 uno tiene que patear la “Tiara de los Papas” con los pies.  El Papa es el enemigo número uno”.

Caillet narra su conversión al catolicismo en 1984 acompañando a su esposa enferma a Lourdes. Desde entonces “reza todos los días por la conversión de los masones. Muchos masones son hombres que han perdido su camino. Se han perdido en busca de respuestas sobre la vida y el destino. No saben nada de Jesús  (…) Yo ruego por ellos.

Por su parte Manuel Guerra en su libro “Masonería, Religión y Política” afirma que “La Masonería venera a Lucifer, no a Satanás”. “M. Hernández, masón (14º) me reconoce, en carta privada, que la “francmasonería solo tiene relación con el luciferismo en el Grado 3º, en su leyenda, jamás con el satanismo” También lo reconoce Juan Carlos Daza iniciado en 1987. En el ritual del grado 29º el iniciando realiza el rito de pisar una cruz con el pie izquierdo y luego con el derecho. Concluye que, “los masones veneran a Lucifer, ya con este nombre, ya con el de Baphomet, pero no lo identifican con el Satanás de la fe cristiana o el Maligno, sino con el Principio del Bien, el dios verdadero según ellos.

Por su parte Santa Faustina Kowalska, monja polaca que vivió en los años entreguerras mundiales del siglo XX, y fue canonizada por Juan Pablo II, anuncia al mundo entero en su diario, un mensaje sobre la Divina Misericordia cuya fiesta se celebró este año el día 12 de Abril. Misericordia sin límites de Jesucristo, para cualquier persona que quiera “dejarse ayudar”, o aun siendo incapaz de pedir ayuda, basta con que no rechace la ayuda. Mensaje de gran consuelo en una sociedad que carga en sus espaldas la tremenda losa de un número multimillonario de abortos. También manifiesta que la venida final de Jesús será de justicia. Faustina Kowalska en el punto 741 de su diario narra cómo conoció los abismos del infierno. “Yo, Sor Faustina, por orden de Dios, estuve en los abismos del infierno para hablar a las almas y dar testimonio de que el infierno existe. (…).  Los demonios me tenían un gran odio, pero por orden de Dios tuvieron que obedecerme.  Lo que he escrito es una débil sombra de las cosas que he visto (…) la mayor parte de las almas que allí están son las que no creían que el infierno existe. Cuando volví en mí no pude reponerme del espanto. Qué terriblemente sufren allí las almas.  Por eso ruego con más ardor todavía por la conversión de los pecadores, invoco incesantemente la misericordia de Dios para ellos. ”. Un conocimiento similar tuvo Sor Lucia en las apariciones de Fátima.

Cervantes, por boca de Don Quijote, nos da también una pinceladas distendidas y maestras: “-No te maravilles deso, Sancho amigo -respondió don Quijote-; porque te hago saber que los diablos saben mucho, y puesto que traigan olores consigo, ellos no huelen nada, porque son espíritus, y si huelen, no pueden oler cosas buenas, sino malas y hediondas. Y la razón es que como ellos, dondequiera que están, traen el infierno consigo, y no pueden recebir género de alivio alguno en sus tormentos, y el buen olor sea cosa que deleita y contenta, no es posible que ellos huelan cosa buena; y si a ti te parece que ese demonio que dices huele a ámbar, o tú te engañas, o él quiere engañarte con hacer que no le tengas por demonio.”

Pero como decía el Santo Cura de ArsEl demonio es un gran perro encadenado, que acosa, que mete mucho ruido, pero que solamente muerde a quienes se le acercan demasiado”. Y nuestro Dios es Amor, y el sabio Papa Benedicto XVI dedicó toda una encíclica a mostrarlo. “Deus Caritas Est”.



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