COFRADÍAS Y CABALGATAS DE REYES
Si me preguntaran quién fue el primer costalero o Cófrade de
Semana Santa, sin ninguna duda respondería que fue el Buen Ladrón. Supo captar
el valor Redentor de la Muerte de Cristo y asociar a Él su propia muerte, hasta
el punto de que le valió aquel “Hoy estarás conmigo en el Paraíso”. Y con su
petición transformó el castigo merecido por el mal que había hecho, en
sufrimiento Redentor gracias a Cristo. Qué duda cabe de que hay una analogía
con las Cofradías y los costaleros, que son capaces de vivir en cada Semana
Santa el Misterio Redentor de la Muerte y Resurrección de Cristo y mostrarlo a
la sociedad.
Pues si esta vivencia es una realidad que vivimos cada año, ¿por
qué no habrían de ser las mismas Cofradías las que se encargaran de vivir y
transmitir a la sociedad la realidad de
un Niño Dios que nace, organizando ellos las Cabalgatas de Reyes?
“Cuando Dios me vio
tocando ante Él, me sonrió, ropo pom pom, ropo pom pom” Esta es la
Magia de la Navidad y esta es la Magia que queremos transmitir a nuestros
hijos, y no la magia de la Guerra de las Galaxias o cualquier otra historia. Carmena
está en su derecho de organizar un acto similar, pero pagándolo de su bolsillo
y en otra fecha que no sea la Fiesta de Reyes, que es una fiesta religiosa y ya
está pillada.
Quizá Dona Manuela Carmena podría disfrazarse de Capitán
Garfio con un parche en el ojo y una pata de palo; y descolgarse del Reloj de
la puerta del Sol en un Galeón, acompañada de sus bucaneros podemitas y los que
se adhieran de C’s, PP y PSOE. Podría completar el acto un duelo de
espadachines con Albert Rivera, y así hasta completar la película de Peter Pan
que seguro que encontrará políticos que encajen en todos los personajes. No le
quepa duda de que sería un éxito total.
Pero, como muy bien dice Iribas en su blog, los Reyes son los
padres y se trata de una realidad que debemos interiorizar. Así que, por favor,
señores políticos dejen en paz (y en libertad) las ilusiones de nuestros hijos
pequeños y, si quieren hacer magia,
desaparezcan.
Y para que esto sea realidad, que las cofradías de Semana
Santa den un paso al frente y empiecen a organizar las Cabalgatas de Reyes. Los
padres pondremos nuestros hijos y cantaremos los Villancicos. Y entre todos
encontraremos la Paz de un Niño Dios que nace.
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