jueves, 29 de diciembre de 2016

SER PADRE ES COSA DE HOMBRES


SER PADRE ES COSA DE HOMBRES

 

Para situar el contexto en el que, con este artículo, vamos a hablar de nuevo de la figura Paterna, recordamos que, si bien el Feminismo en sus orígenes era “una batalla por la justicia y la dignidad de la mujer”, en esta lucha, “la mujer, sin apenas percibirlo, comenzó a renunciar a su propia feminidad, sin ser consciente del menoscabo que esto implicaría a largo plazo para su libertad y su pleno desarrollo personal”.

Hemos visto como el Aborto y la Ideología de Género se entronizaban en el Feminismo en un supuesto Nuevo Orden Mundial que ya no se expone sino que necesita ser impuesto por sus connotaciones contra-natura; mientras que surge también un NEOFEMINISMO liberador para la mujer y también para el hombre, y capaz de volver las aguas a su cauce.

En la otra cara de la moneda, el varón no es inmune a toda esta simbiosis de una sociedad feminizada, sino que padece en mayor medida los efectos del Feminismo de Género hasta el punto de encontrarse en una verdadera crisis.

En esta ocasión vamos a insistir de nuevo en la importancia de la función paterna. “El papel del padre no puede ser eliminado, ni desvalorizado, ni ignorado, ni tergiversado, sin consecuencias graves para el hombre que lo ocupa, para el hijo que lo necesita, para la mujer que lo complementa y, en general, para la familia y la entera sociedad. Por ello, es necesario y urgente recodar que ser padre es cosa de hombres

 

Y lo hacemos de nuevo de la mano de María Calvo Charro, que en su libro Alteridad Sexual. Razones frente a la Ideología de Género, lo describe de forma magistral en el capítulo

 

SER PADRE ES COSA DE HOMBRES

 

UNO

A pesar de la devaluación de la función paterna, debida a la crisis de identidad que actualmente sufren los varones, las estadísticas muestran cómo, por regla general, van en aumento las cifras de hombres que desean implicarse junto a su mujer y que, además de trabajar fuera de casa, han asumido con responsabilidad y compromiso la tarea de criar a sus hijos y colaborar en las tareas del hogar


El Informe de la Fundación de la Obra Social de la Caixa (2010) demuestra que, en casi la mitad de los hogares, los hombres participan corresponsablemente en estas actividades, ya sea porque lo hacen de una manera equitativa con su pareja o bien porque toman ellos la iniciativa. Por ejemplo, un 43% de los padres se distribuyen equitativamente con la madre la tarea de leer cuentos a sus hijos y un 16% de los padres lo hacen con carácter preferente. En los hogares donde el progenitor tiene estudios primarios el grado de corresponsabilidad es menor. Un 29% de padres participa equitativamente en esta tarea y solo un 8,9% la asume como principalmente propia


DOS

En la misma línea, un informe reciente de la Oficina del Censo Estadounidense revela que el 32% de los padres con esposas que trabajan fuera de casa se ocupan ahora de modo habitual de sus hijos menores de 15 años, mientras que en 2002 esa cifra estaba en un 26%. A partir de un análisis de la National Survey of Family Growth (2006-2008) basado en entrevistas a 13.495 adultos estadounidenses, el Pew Research Center calcula que el 98% de los padres casados que viven con sus hijos menores de 5 años juegan con ellos varias veces a la semana. Con la misma frecuencia, el 95% come con ellos o les da de comer; el 89% ayuda a bañarles y vestirles; el 60% les lee algún cuento. Entre los padres casados que viven con sus hijos de entre 5 y 18 años, el 93% habla con ellos de sus asuntos varias veces a la semana; también con esa frecuencia, el 63% ayuda a sus hijos con los deberes; y el 54% los lleva a actividades lúdicas o deportivas.

TRES

Sin embargo, muchos de ellos, aunque manifiestan una clara preocupación por el bienestar y por la educación de sus hijos, no saben cómo ejercer correctamente su papel, muchas veces porque las mujeres les exigen un comportamiento según las pautas femeninas, lo que les genera frustración, desánimo e incomprensión. La sospecha que recae sobre sus atributos masculinos les obliga a imitar los modelos maternales de conducta, sin ser conscientes de la importancia de mantener su identidad masculino-paternal y su estilo propio de actuación para el correcto y equilibrado desarrollo de los hijos. Estos varones ignoran qué significa exactamente ser padre, qué es la función paterna y cómo deben ejercerla, ya que la sociedad les muestra una imagen borrosa, eclipsada y poco definida de lo que realmente significa ser padre.

La creencia de que el padre debe ejercer su función imitando los modelos de conducta femeninos, como si de una madre-bis se tratara, es absolutamente errónea porque, precisamente al contrario, el padre debe ser la no-madre.

CUATRO

Ser padre, en sentido estricto, es un proceso gradual que comienza con la decisión de tener y hacerse cargo de un niño. La paternidad puede ser definida como: «... el proceso psicoafectivo por el cual un hombre realiza una serie de actividades en lo concerniente a concebir, proteger, aprovisionar y criar a cada uno de los hijos, jugando un importante y único rol en el desarrollo del mismo, distinto al de la madre» (Oiberman, 1994: p. 21).

Como afirma Sullerot, la paternidad procede de la voluntad y del corazón (Sullerot, 1993). Padre es aquel que se ocupa del hijo, con el que crece y se identifica. El padre concede al hijo un sentimiento de seguridad y de alteridad frente a la madre. La función paterna es indispensable para que el niño asuma su propia individualidad, identidad y autonomía psíquica necesaria para realizarse como sujeto. Todo ello sin olvidar que la perspectiva y la educación típicamente materna resultan también imprescindibles, ya que le complementan y equilibran.

CINCO

El hecho de ser padre conlleva un tipo de responsabilidad diferente de la que implica ser un marido y requiere un compromiso adicional. Este cambio afectará a las elecciones, el comportamiento y las prioridades del hombre en su vida cotidiana. Esto lleva tiempo; la paternidad es un papel en el que los hombres crecen gradualmente. La paternidad es verbo (fathering), no sustantivo. Ser padre es por encima de todo, en palabras de Benedicto XVI, ser «Servidor de la vida y del crecimiento» (Benedicto XVI, 2009).

El papel del padre no puede ser eliminado, ni desvalorizado, ni ignorado, ni tergiversado, sin consecuencias graves para el hombre que lo ocupa, para el hijo que lo necesita, para la mujer que lo complementa y, en general, para la familia y la entera sociedad. Por ello, es necesario y urgente recodar que ser padre es cosa de hombres.

SEIS

El padre, con su natural propensión a la firmeza, permite al hijo adquirir el sentido de los límites, marca las prohibiciones, le sitúa en el lugar que le corresponde, le impone el orden de filiación frente a sus pretensiones de omnipotencia y le ayuda a madurar integrándose en el universo del adulto y así en la realidad, incluso con sus aspectos más duros y desagradables. La firmeza del padre robustece el carácter moral del hijo (Tierno, 2011, p. 133).

El padre es el intermediario entre el hogar y el mundo, «hace comprender los mecanismos de la ciudad, el juego de la civilización» (Pons, 1955). El padre es «el instrumento de la transmisión cultural y de la orientación general que debe permitir que el niño se ajuste a las normas sociales y que desempeñe papeles sociales fuera de la esfera familiar» (Parsons, 1955).

SIETE

Como señala Poli, «el padre introduce al hijo en la complejidad del mundo social, en la vida fuera de la familia. Le muestra horizontes más vastos y estimulantes; le hace partícipe de conversaciones de mayores ... El padre suscita en los hijos la capacidad de pensar filosóficamente, refiriéndose a principios universales. El padre ayuda al hijo a estructurar el razonamiento de manera adulta» (Poli, 2012: pp. 91 y 98).

En ausencia de padre, los jóvenes no encuentran el límite a su psicología que impone la presencia de la función paterna, que les ayuda a interiorizar el sentido de la ley y, en consecuencia, como no saben «Cómo pertenecer» , roban, agreden y son violentos para ocupar, a la manera primitiva, un territorio (Anatrella, 2008, p. 24). El muchacho sin padre, falto de esas referencias sobre el tiempo social que el hombre transmite a sus descendientes, y en ausencia de límites claros, tendrá mayor tendencia que los demás a pasar al acto impulsivamente y sin remordimientos (Sullerot, 1993, p. 235). La negación de la función paterna pone en peligro a toda la sociedad.

En los próximos artículos hablaremos de la importancia de la figura paterna en la identidad sexual de los hijos. Tema que ya hemos tratado en otro artículo con un contenido más filosófico: El pato feo, el vuelo de los Gansos y la Identidad del Niño Varón.


 

2 comentarios:

  1. No vamos a compararnos con los elefantes pero lea este artículo si tiene tiempo, el problema y la solución que encontraron. Espero poner bien la dirección.
    http://escoladeredes.net/profiles/blogs/cloning-1-el-caso-de-los-j-venes-elefantes-del-parque-pilanesberg

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  2. Muy interesante artículo. Sin compararnos con los elefantes, como usted muy bien dice, porque los animales se guían por instinto y las personas por el libre albedrío, es interesante ver cómo parece que tener un referente permite saber lo que somos y cómo comportarnos, no sólo a las personas sino también a los animales. Gracias por su valiosa aportación
    Permítame citar otro artículo del Blog, La Identidad del Niño Varón, que tiene relación con todo lo que estamos tratando http://gritandolibertadhoy.blogspot.com.es/2013/07/la-identidad-del-nino-varon.html

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