La neutralidad
Sexual como subproducto de la Ideología de Género no es inocua en la enseñanza
y sus efectos no afectan precisamente de forma “neutral” a ambos sexos, sino
que inciden principalmente en los varones con un menor rendimiento escolar y mayores tasas de
abandono consecuencia de un sistema educativo enfocado erróneamente.
“En este empeño por considerar idénticos a ambos sexos en la
enseñanza, son los varones los mayores perjudicados.
El suyo es un mundo de acción, exploración, movimiento y objetos. Pero en la escuela se les exige un comportamiento
más femenino, que se sienten quietos, callados, que escuchen, que no
molesten y que pongan atención a las ideas; todo lo cual, de hecho, son cosas
que su cerebro y su cuerpo les piden no hacer”.
Maria Calvo Charro, en el capítulo “La grieta sexual del fracaso escolar. La incomprensión hacia
los varones en las escuelas actuales”, de su libro “Alteridad Sexual” llega a afirmar
que “Nuestros muchachos no necesitan medicamentos contra la
hiperactividad; psicopedagogías
liberadoras; políticas de género o planes de igualdad que los rescaten de su masculinidad. Lo que necesitan son enormes dosis de comprensión y un sistema de
enseñanza que se adapte a sus peculiares características y a sus tareas vitales
específicas”… “Es necesario que los poderes públicos y las administraciones
educativas se quiten la venda de los ojos
y reconozcan la existencia de unas
diferencias sexuales en el aprendizaje que están siendo despreciadas,
provocando un elevadísimo fracaso escolar en los chicos”.
La claridad de la exposición, la
abundancia de datos y lo certero de las conclusiones hacen difícil resumir el
texto sin “descafeinarlo”. Como ya he expuesto en otra ocasión, los escritos de
María Calvo son como el marisco gallego del que afirman los buenos cocineros
que no hay que hacerle nada, simplemente acertar en el punto de sal y el tiempo de
cocción.
En un momento como el actual en el que, por una parte se imponen los
postulados de la ideología de género mediante leyes autonómicas no consensuadas
con los agentes sociales, y por otra parte se habla de un GRAN PACTO POR LA
EDUCACIÓN la lectura y consideración de este texto de M. Calvo es poco menos
que obligatoria si queremos solucionar los problemas de enseñanza.
La grieta sexual del fracaso escolar. La incomprensión hacia los varones en
las escuelas actuales por Maria Calvo Charro
En este empeño por
considerar idénticos a ambos sexos en la enseñanza, son los varones los mayores perjudicados. El suyo es un mundo de acción, exploración, movimiento
y objetos. Pero en la escuela se les exige un comportamiento más femenino, que se sienten quietos, callados, que escuchen, que no molesten y que
pongan atención a las ideas; todo lo cual, de hecho, son cosas que su cerebro y
su cuerpo les piden no hacer.
El 90% de los docentes no son conscientes de las diferencias entre niños y niñas en intereses, aficiones, prioridades, formas de
pensamiento, movimiento y comportamiento, ideales, maneras de jugar y de
expresarse, o no aplican medidas adecuadas, exigiéndoles lo mismo, de idéntica forma a niños y
niñas, en el mismo tiempo y pretendiendo obtener una misma respuesta por parte
de ambos sexos. Lo que resulta
sencillamente imposible y frustrante, tanto para el profesorado como para los
alumnos.
Como regla general, los chicos superan a las chicas
en fuerza física y velocidad, perciben
mejor el espacio y lugar que ocupan los objetos, tienen más desarrollado el razonamiento
abstracto (es decir, la capacidad de llevar algo real a algo simbólico
representado por signos) y también las superan en valores políticos, técnicos y
económicos. Sin embargo, de las estadísticas, documentos
e informes más recientes se desprende una conclusión evidente: los varones están en
crisis desde el punto de vista educativo
En contra de
lo que infundadamente piensa la mayoría de la sociedad y como demuestran los
estudios, son las chicas las que están
arrasando en los colegios. El chico tipo está un año y
medio por detrás de la chica tipo en lectura y escritura; está menos
comprometido en el colegio; su comportamiento es peor y es más improbable que
acabe realizando estudios universitarios.
Lejos de
aparecer tímidas y desmoralizadas, las chicas de hoy ensombrecen a los chicos,
Consiguen mejores calificaciones. Tienen aspiraciones educativas más altas. Siguen
programas académicos más rigurosos y participan en clases de alto nivel en
mayor porcentaje. Muchas más chicas que chicos estudian en el extranjero. Las
chicas se comprometen más académicamente. A la vista de los últimos informes PISA, podemos alcanzar la siguiente conclusión: a
igual edad y condiciones, el rendimiento escolar es superior entre las alumnas.
Las cifras de fracaso escolar se nutren de varones y cada vez aumentan más.
Los niños y jóvenes presentan tasas de fracaso escolar más elevadas que las de las chicas en todos los tramos educativos.
Según datos del informe de la
Caixa, «Fracaso y abandono escolar en España»,
2010, el 41% de los chicos de 15 años tiene alto riesgo de fracaso, frente al
29% de las chicas. La cifra de fracaso masculino aumenta todavía más en
colegios públicos, donde un 50% de los varones no termina la educación
secundaria obligatoria, Y como señala el informe «Panorama de la educación. Indicadores de la
OCDE 2010», en general, en 2010, se graduaron en
la segunda etapa de educación secundaria un 67% de chicos frente a un 80% de
chicas.
Según datos del
Ministerio de Educación, entre los alumnos que consiguen acabar la ESO,
existe otra diferencia: los chicos han necesitado para conseguirlo repetir curso
con más frecuencia que las chicas. En general, por cada chica que ha necesitado
repetir curso, hay dos chicos repetidores.
El Estudio
Asimetría negativa masculina en el fracaso escolar (2010), del Instituto de Estudios del Capital Social (INCAS), de la
Universidad Abat Oliba CEU, muestra cómo el abandono
escolar temprano por parte de los chicos es del 34,8%, mientras que el de ellas
alcanza solo el 22,2%.
En cuanto al acceso a la Universidad, prácticamente están llegando un
60% de mujeres frente a un 40% de varones.
Según el informe del
Ministerio de Educación, «Datos y Cifras del sistema
universitario. Curso 2010/2011», en la selectividad del 2009 aprobaron un 56,4%
de mujeres frente a un 43,6% de varones (OECD
La crisis de los varones afecta por igual a todas las
enseñanzas y ciclos. Es una realidad que se da en
todo el territorio nacional, independientemente del color político de los
diferentes gobiernos autonómicos. Las Administraciones educativas no parecen
ser conscientes de esta problemática y de las graves consecuencias que puede
provocar en un medio plazo.
No estamos
ante un fenómeno ceñido estrictamente a España. La crisis del varón trasciende nuestras
fronteras. (Gender Differences in Educational Outcomes: Study on the Measures
Taken and the Current Situation in Europe) http://www.eurydice.org
Algunos países de nuestro
entorno hace tiempo que son conscientes de esta
problemática. A principios de los años 90, el periódico londinense The Times
advirtió de la posibilidad de dar lugar a una segunda clase de hombre, sin
habilidades y sin empleo. También el Economist se refirió a los chicos como «el
segundo sexo» el día de mañana.
En Francia, en 2003, Le Monde de l'Education señaló, en un
dossier dedicado al estudio de esta nueva problemática, la preocupación de los
sectores educativos por la patente inadaptación de los chicos. Según este
medio, el fracaso escolar entre los chicos les hace padecer complejo de
inferioridad que a su vez provoca una difícil relación y aumenta la tensión con
el sexo opuesto.
La revista Business Week, en mayo de 2003, publicó un
preocupante artículo («How the educational system bombs out for boys?»), sobre
cómo los chicos están siendo margi nados por el sistema educativo, frente a
unas chicas que, en igualdad de edad, los superan en capacidades.
El
International Herald Tribune (16/10/2005)
se preguntaba: «¿Cómo podemos ayudar a nuestros niños en la escuela?».
En los últimos
años el fenómeno ocupa repetidamente las portadas y contenidos de periódicos de reconocido prestigio,
como Newsweek, New York Times, New Republic, el Esquire o The Telegraph
En los Estados Unidos, solo en el área de Washington,
DC, los chicos suspenden tres veces más que las niñas en primaria; el doble
de chicos se encuentra recibiendo algún tipo de educación «especial»; el 76% de
los niños en primaria no saben apenas leer y el 84% de los niños también en
primaria no dan los niveles mínimos exigidos. Por otra parte, se ha demostrado
la existencia de una pasarela escuela-prisión para los muchachos en aquellas
escuelas en las que el alumnado es mayoritariamente pobre y perteneciente a
minorías
En ámbitos
políticos se habla ya de este fenómeno como de una
desgracia o un «Tsunami» nacional http://youtu.be/gXR5giU0gs4
Por ejemplo,
en Detroit, 8 de cada 10 chicos negros abandonan la escuela pública. Estos
jóvenes de edades entre 16 y 24 años apenas saben
leer, carecen de trabajo y uno de cada 10 acaba en prisión (The Schott50 State
Report on Public Education and Black Males, 2012).
Mientras que las chicas han avanzado
de forma espectacular en los últimos cincuenta años, los chicos han comenzado
una marcha regresiva y se encuentran atrapados en una espiral descendente. En
España, lejos de adoptar medidas para corregir la situación, se ignora la
existencia de este fuerte componente sexual en el fracaso escolar. Es un
aspecto del que nunca se habla pero que los docentes viven diariamente. Para
justificar la crisis escolar de los varones se barajan otras muchas
variables, la edad, la raza, el nivel económico, pero la relativa al sexo se ha
extirpado de nuestros datos porcentuales. En consecuencia, no hay ninguna actuación para darle
solución, ni experimental ni administrativa
Tenemos en España un sector creciente de varones que han abandonado los estudios sin ninguna
cualificación útil, que en una proporción muy superior a la de otros países
europeos no guardan ninguna relación con el sistema educativo y que tienen unas
probabilidades muy elevadas de pasar a engrosar los números de los expedientes
delictivos. El fracaso escolar normalmente va unido a la indisciplina y mal
comportamiento. En la ESO, los chicos reciben casi el triple de apercibimientos
que las chicas, existiendo una estrecha correlación entre el comportamiento y
el número de asignaturas suspensas. Es preciso prestar una atención muy especial
al fracaso escolar masculino, ya que muchos de los chicos que fracasan en la
escuela acaban absorbidos por ambientes delictivos e inmersos en un circuito
criminal (Datos y cifras de la educación en España, curso escolar 2010-2011.
Ministerio de Educación, Gobierno de España).
Mientras continuemos ignorando
estos datos, seguiremos
sin solucionar la crisis que sufren nuestros muchachos. Este asunto se suele despachar en la mayoría de las ocasiones con la
idea simplista de que las chicas son más estudiosas, pero lo cierto es que detrás de las cifras de fracaso escolar
masculino se esconden otras realidades psicológicas y sociales que son
absolutamente despreciadas e ignoradas actualmente por los responsables de la educación. Como afirma Donna Laframboise en su artículo: "Rol/ Back the
Red Carpet far Boys", en relación
con las niñas todos estamos pendientes de los fallos del sistema educativo,
del acoso en las escuelas, de la falta de estimulación de los padres, de los
roles y estereotipos que la sociedad les impone. Pero, en el caso de los niños, se les echa la culpa a ellos de su
propio fracaso, no a las circunstancias, al modelo educativo o a la sociedad.
Esto es injusto y trae nefastas consecuencias.
El menor rendimiento escolar puede generar en ciertos
casos -especialmente en la adolescencia- complejo de inferioridad, descenso de la autoestima, absentismo escolar, necesidad de
evasión de la realidad por medio del consumo de drogas y alcohol.
Los chicos españoles son cada vez más analfabetos que
las chicas. Tienen problemas
pero nadie sabe a qué se deben o cómo abordarlos. Los planes de igualdad en las
escuelas, fundamentados sólidamente sobre la ideología de género, no hacen sino
ahondar aún más en una postura radicalmente errónea que pretende
negar unas características propias a los varones. Nuestro sistema educativo
está dando a los muchachos mucho menos de lo que merecen académicamente
hablando.
Es necesario que los poderes públicos y las administraciones
educativas se quiten la venda de los ojos
y reconozcan la existencia de unas
diferencias sexuales en el aprendizaje que están siendo despreciadas,
provocando un elevadísimo fracaso escolar en los chicos
http://www.larazon.es/detalle_normal/noticias/1278089/sociedad/ellos-abandonan-las-aulas-masque-ellas
Nuestros muchachos no necesitan medicamentos contra
la hiperactividad; psicopedagogías liberadoras; políticas de género o
planes de igualdad que los rescaten de
su masculinidad. Lo que necesitan
son enormes dosis de comprensión y un sistema de enseñanza que se adapte a
sus peculiares características y a sus tareas vitales específicas.
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