“La libertad Sancho, es uno de los más preciados
dones que a los hombres dieron los Cielos” dijo Cervantes por boca de Don Quijote. Labordeta, por su parte, en su Canto a la Libertad,
nos transmitió que “habrá un día en que todos, al levantar la vista, veremos una tierra que
ponga libertad”; y a mí me gusta recordar, la canción del grupo
Santabárbara “le llamaban
Charlie, la encontré en la calle tendida y lloró de hambre, ¡Oh Charlie,
Charlie!
Y con este grito de libertad transcribimos a
continuación la Nota de los Obispos sobre la Ley de Cifuentes en la Comunidad de Madrid
TIEMPO DE SANACIÓN, NO DE LAMENTACIONES
Nota sobre la «Ley de
protección integral contra la LGTBIfobia y la discriminación por razón de
orientación e identidad sexual en la Comunidad de Madrid»
El
pasado día 14 de julio, la Asamblea de
la Comunidad Autónoma de Madrid aprobó la «Ley de protección integral contra la LGTBIfobia y la
discriminación por razón de orientación e identidad sexual en la Comunidad de
Madrid». La Ley ha sido publicada, el pasado 21 de julio, en
el Boletín Oficial de la Asamblea de Madrid. Ante este hecho, queremos, con todo el respeto hacia los que
han promovido esta ley y sus posibles destinatarios, manifestar públicamente las siguientes
consideraciones dirigidas a los fieles católicos de nuestras
diócesis, sin menoscabo de otras profundizaciones posteriores.
1. Inspirada por una antropología no adecuada que
niega la diferencia sexual varón-mujer y la unidad de la persona
cuerpo-espíritu, esta ley se halla
en contradicción con la moral natural, acorde con la
recta razón, y pretende anular la enseñanza pública de la Biblia (Cf. Carta a los Romanos 1, 24-27; Primera carta a los
Corintios 6, 9-10; Primera carta a Timoteo 1, 10, etc.), del Catecismo de la
Iglesia Católica (nn. 2357-2359) y del resto del Magisterio de la Iglesia
referido al designio de Dios sobre el varón y la mujer. Más aún, pretende prohibir, incluso, rezar públicamente por las
personas que suplican la oración para un cambio de orientación en su vida (Ej:
Art. 4-b, Art. 3-o, Art. 70-4-c, Art.72-3).
2. La mencionada Ley, desde sus
presupuestos y normativa, nos parece, sin afrontar exhaustivamente
todos sus aspectos:
a. Un ataque
a la libertad religiosa y de conciencia (Ej: Art. 3-o, Art. 70-4-c, Art.
72-3).
b. Un ataque y censura
al derecho de los padres a educar a sus
hijos según sus propias creencias y convicciones. Del mismo modo es un
atropello a los idearios que inspiran la
libertad de enseñanza (Cf. Capítulo XI, Medidas en el ámbito educativo. Ej:
Art. 29-2, Art. 31-9, Art. 32, Art. 34).
c. Un atentado a la libertad de expresión, a la libertad de cátedra, a la libertad de los científicos y profesionales
en la búsqueda de la verdad, y a la libertad
de las personas para orientar su vida o para pedir ayuda, incluso
religiosa, en aquello que crean necesitar (Cf. Capítulo XI, Medidas en el
ámbito educativo; y Capítulo XII, Medidas en el ámbito de la salud. Ej: Art.
3-o, Art. 31, Art. 36, Art. 70-4-c, Art. 72-3). Consideramos, por ello, que se trata, en su esencia, de una ley
arbitraria que no contempla ni
siquiera la objeción de conciencia.
3. Los partidos políticos del arco
parlamentario, también los grandes sindicatos, la mayoría de los medios de
comunicación y muchas de las grandes empresas quieren imponer “ideológicamente” un
“pensamiento único” que anule la libertad y el coraje de buscar la
verdad de la persona humana, en su unidad cuerpo-espíritu y en su diferencia
sexual varón-mujer. Cuando no se
busca la Verdad, cuando no se respetan ni siquiera los argumentos de la
biología inherente a la genealogía de la persona, se impone por ley la ideología - en este caso la “ideología de
género” - y se coacciona la libertad con
sanciones y persecución: nada nuevo bajo el sol.
4. Al
recibir el premio Carlomagno, el papa Francisco ha invitado a construir un nuevo humanismo para Europa basado en la capacidad de integrar, de dialogar y de construir, recordando que
en esta tarea la Iglesia puede y debe ayudar, cumpliendo su misión: «el anuncio
del Evangelio, que hoy más que nunca se
traduce principalmente en salir al
encuentro de las heridas del hombre, llevando la presencia fuerte y
sencilla de Jesús, su misericordia que consuela y anima» (Discurso, 6.5.2016). Entre las víctimas
reales de nuestra cultura del relativismo no lo son menos quienes sufren la confusión sobre su
propia identidad; una confusión que, con leyes como esta, se verá
aún más agravada. El mismo Papa Francisco
nos ha pedido no caer «en el pecado de
pretender sustituir al Creador. Somos
creaturas, no somos omnipotentes. Lo creado nos precede y debe ser recibido
como don. Al mismo tiempo, somos llamados a custodiar nuestra humanidad, y eso
significa ante todo aceptarla y respetarla como ha sido creada» (Exhortación
Apostólica Postsinodal Amoris laetitia,
56).
5. «No es tiempo de lamentaciones, sino de
sanación», como ha recordado nuestro hermano el obispo de
Lincoln (EEUU), citando a Boecio, ante
medidas legislativas similares de la administración Obama (cf. Carta 17.5.2016). Para salir al
encuentro de las heridas del corazón, como nos pide el papa Francisco, es necesario y urgente promover una acción
conjunta de las familias y de las asociaciones católicas en orden a defender,
con todos los medios legítimos y en todas las instancias que corresponda, la libertad religiosa y de conciencia, la libertad de los padres a educar a sus
hijos según sus propias creencias y convicciones, la libertad de enseñanza y los demás derechos fundamentales que, creemos, se conculcan gravemente en
esta Ley. Si nosotros callamos gritarán
las piedras (Cf. Lc 19, 40). La sanación de las heridas provocadas por
estas medidas legislativas no se logra con la confrontación, que
deriva en descalificaciones y amenazas de demandas judiciales. Porque queremos integrar, dialogar y construir, pedimos
la colaboración de todas las personas de buena voluntad con
verdaderos criterios de comunión, y especialmente a nuestros fieles les pedimos
su oración y su participación activa que nazca de auténticos criterios
eclesiales.
6. Ahora, más que nunca, es necesario llevar la misericordia sanadora de
Jesucristo a este mundo. Llamamos a los católicos de nuestras diócesis
comprometidos en el servicio de la política, de la sanidad y de la educación,
así como a los esposos y padres de familia, a las personas consagradas y
sacerdotes, a colaborar, cada cual según
su propia vocación, en la
edificación de una cultura que venza las mentiras de las ideologías y se
abra a la verdad de la creación y de la persona humana, garantía ineludible de
la libertad. Bien sabemos que en esta tarea, verdaderamente misionera,
necesitamos orar con las palabras del mismo Cristo, pidiendo al Padre: líbranos
del mal. Luchamos contra el mal ganando para Jesucristo cada corazón,
acudiendo a la intercesión de la Santísima Virgen María e invocando a San
Miguel Arcángel. Luchamos contra el mal llevando
el bálsamo de la misericordia a los que sufren la herida de la confusión y
del error: su médico es Cristo y el hospital de campaña donde llevarlos y
sanarlos es la posada de la Iglesia. Luchamos contra el mal, llevando a nuestras vidas lo realizado
el pasado tres de junio al consagrar nuestras diócesis al Sagrado Corazón de
Jesús, fuente de la verdadera misericordia y de la verdadera paz.
Que la Sagrada Familia de Nazaret y
Santiago Apóstol, protejan e intercedan por el futuro de nuestras familias y la
paz de nuestro pueblo.
Con nuestra bendición,
+ Joaquín Mª López de Andújar y Cánovas del Castillo,
Obispo de Getafe
+ José Rico Pavés, Obispo Titular de Mentesa y Auxiliar de Getafe
+ Juan Antonio Reig Pla, Obispo Complutense
7 de agosto de 2016
XIX Domingo del Tiempo Ordinario
Año Jubilar de la Misericordia
+ José Rico Pavés, Obispo Titular de Mentesa y Auxiliar de Getafe
+ Juan Antonio Reig Pla, Obispo Complutense
7 de agosto de 2016
XIX Domingo del Tiempo Ordinario
Año Jubilar de la Misericordia
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